Castronuevo de los Arcos se aferra a sus raíces con fervor; se teje una historia de tradición que ha resistido el paso de los siglos. Este sábado, como cada año, las calles se llenaron de vida y color para celebrar una festividad que trasciende el tiempo: Las águedas, guardianas de una tradición centenaria.
Desde temprano, el bullicio y la expectación invadían la Plaza del Ayuntamiento, donde mujeres de todas las edades se congregaban para dar inicio a una jornada llena de emociones. Era un día especial, un día para honrar a Santa Águeda y para recordar la importancia de la unión.

El reloj marcaba las once y media y el momento tan esperado llegó: la entrega del Bastón de Mando de manos de la alcaldesa a las Mayordomas. Un gesto cargado de simbolismo, que representaba el inicio de una festividad arraigada en la historia y el corazón de cada habitante de Castronuevo de los Arcos.
La celebración continuó con una Misa Solemne y Procesión en honor a Santa Águeda, donde el sonido de las campanas y la música de Luis Antonio Pedraza llenaron el aire de solemnidad y alegría. Era un momento para reflexionar, para agradecer y para renovar el compromiso con las tradiciones que nos definen.

Así, las águedas de Castronuevo de los Arcos brillaron una vez más, recordando que las tradiciones son el alma de un pueblo, la esencia que conecta con los antepasados y nos guía hacia el futuro. En cada pandereta que sonaba, en cada paso de la procesión, se hacía eco el legado de siglos de historia y el compromiso de preservar nuestra identidad con orgullo y devoción.