Argusino al descubierto. El déficit de lluvias en lo que va de año ha permitido divisar un año más la maravilla de los restos de un pueblo que pereció bajo el agua entre 1969 y 1971, si bien sus habitantes tuvieron que abandonar el que fue su hogar dos años antes.
Hoy Argusino emerge de nuevo con toda su intensidad, dejando imágenes de postal, regalando a nativos, descendientes, sayagueses y curiosos en general una nueva oportunidad de pasear por los aledaños del antiguo municipio y ofreciéndose como un nuevo reclamo para los apasionados de la fotografía.
Y es que han sido muchos los que en lo que va de año se han subido "al carro" de los parajes de Argusino y el resto de municipios afectados por la construcción del embalse de Almendra (Roelos, Salce y Carbellino). Paisajes lunares con restos de cortinas, esqueletos de árboles que en su día se erigieron con la misma fuerza con la que medio siglo más tarde tratan de resistir y huecos de las viñas cavadas en piedra y que dieron vino pese a la aparente dureza de la tierra.
El reflejo del agua dejando al descubierto las copas de decenas de árboles que aún hoy continúan en pie, pero también de la erosión del agua en la piedra o los restos de carpas y lucios que quedaron varados a la orilla del embalse y que hoy se esparcen junto a los restos del inicio del pueblo. El cada vez más derruido cementerio de Argusino, sobre el que hoy descansan unas flores en honor a sus muertos y en el que se adentran cada vez que tienen ocasión sus descendientes para reconstruir con cruces los puntos en los que descansan sus seres queridos.
Argusino se ha convertido en una postal. Su pasión es palpable a ambos lados del objetivo, con fotógrafos apasionados por las múltiples posibilidades que ofrece la zona y modelos que aprovechan para hacerse unas fotos únicas y llamativas por su peculiaridad. Antiguas Miss Zamora y el actual Míster Zamora, Roberto Martínez son sólo dos ejemplos, como también lo son las miradas de Sergio Aguilar, Belén Rodríguez, Ángel Peñas, Maite o los profesionales Jesús Casaseca, Miguel Maldonado López y Pedro Mesonero, todos ellos y más auténticos enamorados de lo que en su día fue vida y hoy se mantiene en forma de recuerdos e imágenes.
