El problema es el momento elegido para realizar las obras en la iglesia de la Asunción, de Entrala. El trasiego de obreros y el andamiaje que, literalmente, invade las distancias de tolerancia que esta especie mantiene con la presencia humana, puede limitar su tranquilidad en plena época reproductora y acarrear además la pérdida de las puestas de dos parejas e incluso la supervivencia de los cigoñinos.
Ecologistas en Acción alerta públicamente de los posibles riesgos derivados para el éxito reproductor de las cigüeñas y se hace hincapié en que todas las actuaciones que puedan generar molestias para especies protegidas como la cigüeña blanca, deben ser evaluadas y autorizadas por la Junta de Castilla y León. Recordemos que abril es un mes en que esta especie se encuentra en plena época reproductora y que estas actuaciones pueden generar el abandono de los lugares de nidificación y perderse por ello entre 6 y 8 pollos de cigüeña.
Los hechos se han puesto en conocimiento del SEPRONA de la Guardia Civil para que supervise el desarrollo y la legalidad de estas actuaciones en plena época reproductora de las cigüeñas y de otras especies. De la misma manera, se solicita públicamente a la Junta de Castilla y León la supervisión de las autorizaciones de esta obra.
Como ya se ha informado en otras ocasiones, cualquier riesgo que suponga molestar a esta especie representa, además de la posible de infracción, un lastre para el turismo rural derivado de sus beneficios estéticos, ornamentales y también medioambientales. De hecho, la figura de la cigüeña blanca como integrante del paisaje sonoro y visual de algunas ciudades como Cáceres o Malpartida de Cáceres (Pueblo Europeo de la Cigüeña), supone un importante motor de turismo local, donde incluso se promueven rutas sobre la especie o se colocan cámaras webcam para deleitar a la ciudanía con el día a día de su biología reproductora.