La dispersión geográfica manda y, con ella, tristemente la retirada y clausura de muchas de las sucursales que están echando el cierre y obligando a los vecinos a buscarse la vida.
Es el caso de Moralina de Sayago que, desde esta semana, se despedía de una de las dos sucursales que atendía a los vecinos del municipio y alrededores, todo un salvavidas para la gente también de Torregamones, Villadepera, Villardiegua, Gamones, Moral o Argañin para las que quedaba más cercano que la oficina de Moralina.
El desmantelamiento supone el fin de un progresivo recorte en la atención que pasó de ser diario a una vez por semana para, finalmente, cerrar sus puertas dejando con pocas opciones a los que mantienen sus cartillas con esta entidad que ya solo disponen como puntos más próximos Bermillo y Fermoselle.
Con este cierre, Moralina sólo dispone ya de la sucursal de Caja Rural, ubicada en pleno centro frente a las cuatro sucursales de Bermillo, afianzándose como centro neurálgico para realizar todas las gestiones bancarias en una zona en la que, a la espera de que la fibra termine de ser una realidad, los trámites online brillan por su ausencia y obligan a los más mayores a tener que desplazarse.