martes. 23.04.2024

Ella se fue en Vienes Santo, pero no sin Miserere

Dará igual en que fecha caiga, Semana Santa es y será por siempre un momento de recogimiento en mi Zamora, ahora aún con más motivos,  más que no faltan en la rotura interior, aunque con la esperanza de volver a ver a los que ya no están.

Mamá se fue el día en el que el Señor también abandonó lo terrenal, también Javierico nuestro primo down. Allí donde moran, seguro que esta maldita pandemia no existe y que papá que se fue en enero defenderá a nuestra madre de cualquier mal como siempre hizo.

Este Viernes Santo no hará un año de fecha en el calendario, pero mi madre murió en ese crucial día Cristiano, una más que dura y mala fecha para irse, en un Viernes Santo, uno que jamás olvidaré, una despedida por videollamada, un Miserere que canté solo para ella, el que fuera el último...

El 10 de abril, hará el año, y se fue como si de un viaje se tratara, claro, el viaje eterno, ese que todos tendremos que hacer algún día. 

Solo pido que nadie lo sufra solo, sin familia al lado, y eso ha pasado demasiado en estos tiempos. Nosotros al menos tuvimos la suerte de poder acompañar a los padres en los hospitales aún en plena primera ola a mi madre, y en la curva de la tercera a mi padre. Huérfanos quedamos y esta es la primera de todas las Semanas Santas que haremos solos, sin guía, sin rezos, sin tened cuidado, es Viernes Santo.
Sentir se siente, sobre todo Soledad y desgarro, algo que te hace crujir por dentro y más cuando es tan seguido, solo 9 meses y ocho días entre una despedida y otra.
Nos enseñaron a luchar, a vivir a sentir pero nunca a ver morir y a sufrir, eso no es recriminable porque los padres nunca querrían eso para nadie, pero duele y como rompe por dentro, y más en un Viernes en el que todo entra en tinieblas, en el interior la amargura es dolor sin medida.
El de las Injurias, el del Amparo, la de la Esperanza, el Nazareno de San Frontis, nuestra Sole, a mi San Lorenzo, a todos ellos les recé, les pedí que no se los llevarán, pero no llego a entender el porqué de que no me hicieran caso y la respuesta sigo esperándola, cosas de fe, o del más allá, por mis padres creo en la otra vida, si no esta poco sentido tiene.

Por tanto habrá siempre un luto que romperá la noche del Viernes Santo con toque de queda incluido, no hará falta recorrer las calles, será en casa, en la suya, en la de todos. Un escalofrío al quedarme semi dormido, me despierta muchas noches, seguro que son ellos, después me tapo, me acurruco y huele a mamá, otras muchas a papá, al padre que redescubrí en sus últimos días hace tan solo dos meses y cuatro días. Desde que soy huérfano y la pandemia se los llevó, maldita sea, sigo pensando en las benditas enseñanzas de los que me hicieron como soy.

GRACIAS, mamá por cuidarnos hasta que no hubo más opciones y a ti padre nada más que decir que nos sigue faltando tiempo, mañana desayunaré sopas de ajo de las tuyas, con tus migas cortadas con el cuchillo de sierra, silbando a Thalberg, tarareando Mater Mea.

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Siempre cerca, nunca lejos, siempre eternos.

Ella se fue en Vienes Santo, pero no sin Miserere
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