Datos de esperanza en los pocos contagios que no hacen más que hacer sospechar que se realizan menos pruebas, aunque la máxima siga siendo la de la reducción de casos en la provincia y en toda España pero quizá haya algo que contar y explicar. Algo raro ocurre cuando solo hacemos que ver irresponsabilidades y un crecimiento, al doble por ejemplo, en los casos de denuncias por saltarse el toque de queda, y ahí ya es nada comparado con el viernes y el sábado de Black Friday, donde en Santa Clara y en San Torcuato se abrió una veda nunca conocida, y más cuando se habla de una ALERTA 4.
Una ola, esta segunda que para la provincia de Zamora está siendo mucho más sangrante que la primera y que ha dejado un halo de muerte en este noviembre que comenzó con un día de los Santos como augurio del peor mes sufrido por la provincia en fallecimientos de toda una década, y de un 2020 que más vale se acabe ya.
La media de test o PCR´S positivas sigue siendo de las más altas de CYL y si son de casi un 17% eso quiere decir que no se hicieron ni 100 PCRS o PDIA entre el domingo y el lunes. Malo, mal y claro, aquí hay una importante baza que no se juega aún teniendo las cartas.
Una estadística nefasta y negra que solo ha traído fallecimientos a una provincia ya mermada con tasas de envejecimiento que no dejan lugar a dudas. La población mayor, está sufriendo los avatares de una pandemia que se ha cebado especialmente con ellos y por ende con las residencias de ancianos, que aunque ahora si están siendo atendidos en los hospitales con dignidad y los sanitarios luchando por sus vidas, son los peor parados, al menos en esta segunda ola han sido derivados y atendidos, porque ni pensar quiero que hubiera pasado de nuevo como ocurría en la primera ola que fallecían en las Residencias sin apoyo sanitario alguno. No hay más que recordar la comunicación de la JCYL de no derivar a los mayores a los hospitales de la Comunidad como es público y notorio y demostraron varias circulares, cuente la JCYL lo que cuente.
Hoy son 6 los fallecidos comunicados por la JCYL, en el cómputo general son 287 los muertos en el HVC más los 171 en Residencias desde que se toman datos, en marzo. Son por tanto 458 zamoranos menos en un censo fatídico, el de los fallecidos por el del coronavirus. Cifras oficiales que según otras fuentes y los datos del Registro sobrepasan ya el medio millar.
Los cribados en Zamora ahora no tocan, tocarán cuando ya no haya opción de hacerlos. Que sepamos todos los datos de zonas y mayor incidencia, son datos que se pueden sacar de un cribado masivo, se hacen por prevención y para adelantarse a lo que pueda pasar, pues bien, aquí la JCYL mucho explicar presupuestos, y mucho prometer para Zamora, pero en esto en la salud seguimos peces no, lo siguiente.
El incesante goteo de fallecidos así como el del agravamiento de los casos no dejan lugar a dudas, ahora, justo antes del puente que volverá a llenar de irresponsables la provincia, sería el momento, pero los test son para las provincias que lo merecen, en CyL, las importantes son otras, los zamoranos poco importamos, quizá sea porque tengamos un alcalde de izquierdas o porque en votos y votantes cada vez somos menos, algo que sigue resultando tremendamente selectivo pero cada vez toma más peso.
Zamora no, no es el momento, mucho saben en el consejo de sabios y de expertos también en ese que tiene la Junta de CyL.
Ni para la sanidad, ni para el empleo y sus políticas si para poner zanahorias, o solo para las machadas de venta de votos, de proyectos inacabados, el caso es que seguimos muriendo en el olvido, y nunca mejor dicho, hoy de los 21 fallecidos de CYL seis lo hicieron en Zamora, eso no es noticia, eso es acallar en el luto lo más que denunciable, la agonía de Zamora y provincia sin que nadie haga nada.