El Zamora CF no pudo prolongar su racha positiva y cayó por 2-0 ante el Celta B en el campo municipal de Barreiro. Los rojiblancos, que buscaban su quinto encuentro consecutivo sin perder, vieron cómo su propuesta inicial se desvanecía ante la efectividad del filial celeste, justo en la antesala de su compromiso de Copa del Rey frente al CD Tenerife.
El encuentro arrancó con un Zamora bien plantado, dominando la posesión y buscando generar peligro por las bandas. Sin embargo, la falta de un delantero de referencia, debido a las ausencias de Pito Camacho y Ronnie, dificultó la concreción en los metros finales. La mejor ocasión rojiblanca llegó en el minuto 40, cuando Kike Márquez habilitó a Rufo Lucero, cuyo centro terminó en un potente disparo de Sergio Nieto que obligó al portero local, Coke Carrillo, a realizar una intervención destacada.
Tras un primer tiempo sin goles, la segunda mitad comenzó con un cambio de guion. El Celta B aprovechó una desconexión defensiva del Zamora para abrir el marcador en el minuto 54. Óscar Marcos, joven promesa celeste, remató con precisión tras un córner mal defendido por los zamoranos. Este gol marcó un punto de inflexión en el partido.
El técnico rojiblanco, Juan Sabas, movió el banquillo en busca de soluciones, incluyendo la entrada de Rufino para reforzar el ataque. Sin embargo, los cambios no lograron revertir la dinámica. Ya en el tiempo añadido, un error de Fermín Sobrón al jugar el balón fuera del área permitió al delantero mexicano Emilio Rodríguez sentenciar el encuentro con el 2-0.
El Zamora CF cerró así un partido gris, marcado por la falta de precisión en sus hombres clave como Kike Márquez, quien tuvo uno de sus partidos más discretos de la temporada. A pesar de la derrota, los rojiblancos mantienen el foco en su próximo desafío: el duelo copero frente al CD Tenerife, donde intentarán resarcirse y dar una alegría a su afición.
Esta caída supone un toque de atención para el conjunto zamorano, que deberá afinar detalles si quiere seguir compitiendo al máximo nivel en una temporada exigente.
