El Zamora CF terminó su último partido como visitante en 2024 con una derrota amarga e injusta frente al Nàstic de Tarragona en el Nou Estadi. Un solitario gol de Gorostidi en los minutos finales marcó la diferencia en un encuentro donde los zamoranos hicieron méritos suficientes para llevarse, al menos, un punto. Sin embargo, un controvertido arbitraje, especialmente en la acción del tanto local, fue decisivo en el desenlace del partido.
Primera parte: equilibrio y lucha
El partido comenzó con un Zamora CF valiente, dispuesto a buscar la victoria y dejando claro que no se iba a conformar con el empate. Los de Sabas presionaron alto en los primeros compases, logrando varias recuperaciones en campo rival y complicando la salida de balón del Nàstic.
Por su parte, los locales buscaron abrir espacios por las bandas, aunque las defensas se impusieron durante buena parte del primer tiempo. Las ocasiones más claras llegaron en los últimos minutos antes del descanso: un cabezazo peligroso de Pablo Fernández para el Nàstic y un remate de Guille Macho para el Zamora que se marchó desviado. Ambos equipos se fueron a vestuarios con un 0-0 que reflejaba lo parejo del encuentro.
Segunda parte: luces, sombras y polémica
El Nàstic salió más enchufado en la segunda mitad, imponiendo un ritmo más alto y dominando el balón. El Zamora CF, mientras tanto, trató de replegarse y salir a la contra, con un Tresaco muy activo en el ataque. Sin embargo, el equipo rojiblanco también tuvo que lidiar con otro obstáculo: un fallo en el sistema de iluminación del estadio, que afectó la visibilidad en una de las áreas, añadiendo tensión al encuentro.
A medida que avanzaba el partido, el Nàstic se hizo con el control total del juego, acumulando llegadas peligrosas que la defensa zamorana y el portero Fermín lograron neutralizar con esfuerzo. Por su parte, el Zamora tuvo escasas opciones claras, pero seguía dando la sensación de poder resistir y rascar un empate.
El desenlace: un gol rodeado de polémica
Cuando el partido parecía destinado al empate, llegó la jugada que decidiría el encuentro. En el minuto 90, un saque de esquina del Nàstic fue rematado en el segundo palo por Gorostidi, quien logró imponerse en el salto tras una falta clara sobre Fermín, que no pudo disputar el balón porque fue sujetado del brazo por un rival. A pesar de las protestas de los jugadores zamoranos, la colegiada no señaló la infracción, validando el gol que terminaría siendo decisivo.
Para empeorar la situación, minutos después, el Zamora CF vio cómo se le negaba un saque de esquina claro, lo que aumentó la frustración del equipo visitante y encendió los ánimos en los minutos finales. La árbitra, impecable hasta ese momento, perdió el control del partido con decisiones polémicas que dejaron al Zamora CF con un sabor amargo.
Un final agridulce para un esfuerzo notable
Aunque el Nàstic fue superior en la segunda mitad, el Zamora CF hizo lo suficiente para merecer, al menos, un empate. La polémica arbitral marcó el desenlace de un partido donde los rojiblancos volvieron a demostrar lucha y carácter, pero les faltó fortuna en los momentos clave.
Esta derrota deja al Zamora CF con un sabor agridulce en su despedida como visitante de 2024. Sin embargo, el equipo puede mirar hacia adelante con la confianza de que, con un poco más de acierto y justicia, podrá revertir esta situación en los partidos restantes del campeonato.
El cierre de un año luchado
El Zamora CF volverá a competir en casa para cerrar el año, con la esperanza de hacerlo con una victoria que les permita mirar al 2025 con optimismo. Por su parte, el Nàstic se consolida como un rival complicado en su campo, aunque con la sombra de una victoria manchada por decisiones arbitrales cuestionables.