El conjunto rojiblanco regaló a sus aficionados una primera parte insustancial y en la segunda quiso remediar, en los minutos finales, un empate a cero que no dejó contento a nadie y que hizo que la afición marchara a sus casas con sensaciones negativas antes de recibir al Coruxo.
Tan fria era la tarde como el partido. Un encuentro que no transmitía nada pese a que ambos conjuntos trataban de desarbolar al rival con mucha posesión y juego por bandas, pero ahí acababa el juego ya que, en cuarenta y cinco minutos se podían contar, con los dedos de una mano, las ocasiones de zamoranos y maragatos.
La afición visitante, por eso de jugar fuera de casa, estaba mas animosa que la rojiblanca que aguantó veinte minutos antes de que el run-run de silbidos y críticas a los suyos empezara a aparecer en el Ruta de la Plata para no desaparecer hasta el minuto 75 cuando, quien apareció en el Ruta, fue el Zamora.
El público quiso dictar sentencia en la primera parte a los suyos, marcando en rojo a algunos futbolistas que no estuvieron afortunados en el transcurso del encuentro y que fueron despedidos entre pitos, aunque ellos ya eran conscientes de que no estaban gozando del calor del público cuando estaban jugando. Especialmente malparado salió Carlos de la Nava al ser sustituido después de un partido más gris que de costumbre.
De los primeros setenta y cinco minutos se puede rescatar el empuje de Manu Gavilán, uno de los pocos que levantó aplausos del Ruta de la Plata, y varias acciones de Miguel, que volvió a dejar la puerta a cero por segundo encuentro consecutivo en casa. Aguirre vio que el equipo no acababa de funcionar, pese a que los mejores acercamientos, puesto que no llegaron a ser ocasiones, eran rojiblancos y dio entrada a Rodri y Aarón antes de la media hora. El primero, aunque empezó apareciendo entre líneas, se contagió de los fallos de sus compañeros, Aarón, sin embargo, fue el revulsivo que necesitaba el equipo y fue él quien lideró e arrebato final de los zamoranos.
Fue en los últimos quince minutos en los que el Zamora embotelló al Astorga, aunque no llegó a generar muchas ocasiones de peligro, si que tuvo un par de acciones que pudieron significar el gol de la victoria. Además de transmitir algo más de fútbol, la grada se contagió del equipo cuando el árbitro no veía un claro penalti por mano provocado por Coque.
Finalmente, los rojiblancos sólo pudieron sumar un punto que les deja en puestos de promoción y que añade más presión al encuentro frente al Coruxo del próximo domingo.