La capital ha celebrado tres actos simultáneos en solidaridad con el pueblo ucraniano tras casi dos semanas de guerra. Miembros de la Diputación de Zamora y el subdelegado del gobierno han acompañado a los ucranianos residentes en Zamora, amparados por la asociación de ucranianos de Salamanca y Zamora, para guardar cinco minutos de silencio en la plaza de Viriato, que se ha estremecido ante la presencia de la bandera del país.
.Ha sido un acto cargado de nuevo por la emoción, pero no el único, ya que la Plaza Mayor ha cogido también un acto organizado por el Ayuntamiento de la capital mientras en la plaza de Alemania los sindicatos se congregaban también para recordar y condenar la barbarie de la invasión rusa.
Zamora tiene censados a 47 residentes ucranianos, entre ellos Oksana Kharina, directora de la agrupación coral Aures Cantibus, y Olena Anichkina. Amasan agradecido el nombre de su pueblo la solidaridad de la capital que se ha demostrado no solo con la multitudinarias manifestaciones de apoyo, que se añaden a los camiones y furgonetas cargadas de ayuda que ya están partiendo desde Zamora y Salamanca rumbo a la frontera entre Ucrania y Polonia, destino preferido por la mayoría de los refugiados. "Hemos recibido llamadas de personas que no conocíamos y que nos han comunicado que se iban a ayudar y se ofrecían para traer a familiares a la vuelta".
Oxana también ha aprovechado para cargar contra los mensajes de odio lanzados por una minoría de ciudadanos y que, aseguran, trasladan una idea equivocada tanto de la guerra como del pueblo ucraniano. “Amamos nuestros país pero eso no significa que seamos nacionalistas”, asegura. "Yo soy ucraniana, mi marido es ruso, nuestra hija nació en Leópolis, sabe ruso, ucraniano, inglés y español y nunca hemos tenido ningún problema".
Haciendo de traductora de Olena, cuya lengua materna es rusa al proceder de la zona del Donbass, Oxana asegura que el pueblo ucraniano no deseaba esta guerra y condenan la peligrosa narrativa defendida por Vladimir Putin: "Asegura que con esta incursión está defendido al pueblo ucraniano en respuesta a un supuesto genocidio en la zona del Donbass". Un genocidio que, aseguran, no es cierto tras ocho años desde la incursión y búsqueda no se ha encontrado ninguna fosa común ni ninguna prueba forense.
Una situación que han vivido en sus propias carnes: "Nosotros estudiamos en la Universidad de Lviv -también conocida como Leópolis-, la mitad de los profesores hablaban en ruso y no había ningún problema".
De esta manera condena los mensaje que acusan al pueblo ucraniano de nacionalismo y recuerda que a día de hoy gran parte de los países cuentan con fuerzas "ultranacionalistas" que están cobrando fuerzas, desde España, Alemania incluso en la misma Rusia, mientras que en el Parlamento ucraniano de 450 diputados hay sólo uno de carácter ultranacionalista.
