Zamora se despide de la Semana Santa y lo hace con su mejor cara: la de cientos y cientos de zamoranos que abarrotan sus calles rendidos al buen tiempo y dispuestos a aprovechar hasta el último momento las vacaciones.
La Plaza Mayor vuelve a llenarse de vida en un Domingo de Resurrección que es sinónimo de dos y pingada, pero también de cafés y las últimas cervezas a modo de reuniones previas a las lógicas despedidas antes de coger las maletas. Muchos son los que han apostado por estirar al máximo la llamada Operación Retorno con vistas a aprovechar los últimos minutos de las vacaciones mientras otros aún dispondrán de un día extra para regresar aquellos que residan de manera habitual en Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra, País Vasco y La Rioja, donde mañana lunes es festivo.
Apenas cabe un alma en una Plaza Mayor que ya añoraba estos tiempos: los del terraceo con los suyos en Semana Santa plena que ha permitido disfrutar desde dentro y fuera de las filas y que ha permitido dar un empujón a la economía y espíritu de la ciudad. A falta de datos oficiales, buena es una imagen.
