Un espacio verde que, a pesar de estar situado en una zona residencial importante y cerca del Centro de Día de Los Bloques, y al lado de una guardería infantil y de varios colegios, se ha convertido en una fuente constante de frustración para los residentes debido a su evidente falta de mantenimiento.
El sistema de riego automático, que debería asegurar que el césped y las plantas prosperen, no parece estar funcionando desde hace meses. Como resultado, el jardín luce seco, sin flores ni vegetación, con una apariencia más cercana a un desierto que a un espacio verde. La falta de desbroce y el abandono general han convertido lo que podría ser un refugio de naturaleza en una zona desolada, algo que ha generado numerosas quejas entre los vecinos.
Quejas ignoradas por el Ayuntamiento
Los residentes han intentado en repetidas ocasiones comunicarse con el Ayuntamiento de Zamora y con la línea Verde que es la aplicación para las quejas y deterioros del mantenimiento de los jardines públicos, sin éxito. A pesar de los múltiples avisos, no ha habido ninguna intervención para restaurar el jardín a su estado adecuado. Los vecinos, que esperaban una respuesta rápida y eficaz, ahora se sienten ignorados, ya que la situación no ha mejorado con el tiempo.

Uno de los residentes señala que “esta área debería ser un espacio donde los niños puedan jugar y los mayores disfrutar de un poco de naturaleza”, pero en su estado actual es “un jardín olvidado, sin vida ni cuidado”. El enfado entre los vecinos va en aumento, ya que sienten que su voz no está siendo escuchada y que el jardín sigue siendo un ejemplo de abandono por parte de las autoridades locales.
Una solución pendiente
A la espera de una solución definitiva, los vecinos de zona y los habitantes de la urbanización La Perla siguen demandando la recuperación de este espacio verde, que podría ser vital para mejorar la calidad de vida del barrio. Mientras tanto, el jardín sigue siendo un testimonio del descuido, y los residentes continúan pidiendo que el Ayuntamiento de Zamora asuma su responsabilidad y atienda las necesidades de un espacio que afecta a la comunidad de forma directa.
Es necesario que las autoridades tomen cartas en el asunto, no solo por la estética del barrio, sino por el bienestar de los vecinos que ven en este jardín un reflejo de la falta de atención a los espacios comunes.
