jueves. 28.03.2024

Zamora une los nombres del precursor del movimiento vecinal y del genial escultor en el barrio de San José Obrero.

Una obra de Ramón Abrantes en la Plaza de Ángel Bariego. Zamora ha unido hoy para siempre el nombre de uno del precursor del movimiento vecinal, Ángel Bariego, al del genial escultor en el barrio de San José Obrero, allá donde late la memoria, vida y obra de ambos.

Allí, en el corazón del barrio de San José Obrero todo. Allí comenzó su lucha por el bienestar y la dignidad de todos sus vecinos. Allí comenzaba también su historia de amor con Leo, su leona de ojos azules. Y La Josa, y tantas cosas que se pusieron en pie gracias a su trabajo, a su entrega, a su generosidad y a su privilegiada cabeza.

Hoy el Ayuntamiento de Zamora en representación de la ciudad ha puesto el nombre de Ángel Bariego a una de las plazas de su barrio. Plaza de Ángel Bariego. En un acto emotivo y sencillo -a imagen y semejanza de Ángel-, su familia descubría una placa en el corazón del barrio donde comenzó todo, donde se pusieron los cimientos del movimiento vecinal y de la lucha por la dignidad de los trabajadores. El barrio que guarda los ecos de la primera manifestación en la democracia y del trabajo hombro con hombro para un proyecto comunal. Todo eso guarda la memoria, el nombre de Ángel Bariego. Y Zamora lo recuerda desde hoy con una Plaza que lleva su nombre en el barrio donde su nombre resuena por todas sus esquinas.

Amigos de Villamosquín le recordaron versionando el "Hasta siempre, comandante" con su nombre, emocionados, como en un "baile vermú" que a él le hubiese gustado, como dijo Leo, su eterna compañera, que no viuda, que los grande no mueren. Allí estaban María y Patricio, sus hijos. Y la gente del barrio, los de a pie, y los vecinos de Villamosquín, y los Martín Pozo, los Carricajos, y Miguel Manzano y Encarna, y Antonio Pedrero y Coomonte, y Fabri y Demetrio y los que empuñaron la rosa en alto, la libertad en tiempos de silencio. Gente de todos los lados, amigos, queridos todos.

Alguien, pasando por la plaza, le contará a su nieto que su abuelo fue un hombre grande, un hombre bueno.

Maternidad de Ramón Abrantes

La figura de Ángel Bariego queda desde hoy unida para siempre a la de Ramón Abrantes con la instalación de una Maternidad del genial escultor en la plaza que lleva su nombre.

Tras el fallecimiento del escultor la Asociación de Amigos de Ramón Abrantes, con el escultor y discípulo Ricardo Flecha y con el propio Ángel Bariego a la cabeza, se puso manos a la obra para que lo que entonces era una petición culminase hoy en una realidad, con la instalación de una obra de Abrantes en el lugar testigo de su vida, del recuerdo de su trabajo fecundo e inmortal en su taller de la calle Sacramento, a sus silencios y su genial legado.

Así lo recordaba hoy el escultor Ricardo Flecha, quien reivindicaba más esculturas urbanas en los barrios y quien agradecía a la Corporación que preside Guarido la sensibilidad para llevar a efecto el proyecto. Desde hoy, Zamora cuenta con una obra de Ramón Abrantes fundida en bronce, una maternidad existente en cemento en el jardín de su sobrina Marlene, cuyo vaciado fue realizado por Flecha para fundirlo en bronce. Los herederos de Ramón y los descendientes de su gran amor, Piedad Isidro, han asistido al acto y se tomaban fotos junto a la Maternidad, el símbolo en bronce del amor y de la vida.

Y los amigos de siempre, Coomonte y Pedrero, y su discípulo fiel, Ricardo Flecha, posaban después junto a la Maternidad como si fuese el propio Ramón.

Zamora cuenta desde hoy con una obra de uno de sus mejores escultores para que su nombre nunca se olvide y salda parte de la deuda histórica que mantiene con sus artistas.

San José Obrero, la ciudad, cuentan desde hoy con una obra de Ramón Abrantes latiendo como un corazón en la Plaza de Ángel Bariego.

 Galería de imágenes

Fotos: Marcos VIcente

Una obra de Abrantes en la Plaza de Ángel Bariego