Su objetivo es claro: reforzar la prohibición de adelantar e invadir el carril contrario allí donde el riesgo de accidente es elevado y el historial de siniestros así lo avala.
En la provincia, esta novedad se está ejecutando desde la CL-605, concretamente a la salida de la calle Cañizal, prolongándose hasta la nueva gasolinera Zamora Oil, en un tramo que canaliza tráfico hacia la autovía A-66 y conecta con la N-630. Se trata de un enclave conflictivo donde ya se han registrado colisiones de gravedad, algunas de ellas mortales, según confirman las últimas informaciones y un historial que se consolida en nuestra hemeroteca.
Aunque los trabajos de pintado aún no han finalizado, la presencia de esta franja de color junto a la tradicional línea blanca continua ya ha comenzado a llamar la atención de los conductores.
Más visible, más psicológica, más disuasoria
La línea roja no sustituye a la señalización existente; la complementa. Su misión es intensificar el mensaje, especialmente en zonas donde los adelantamientos indebidos han sido recurrentes.
Según técnicos en seguridad vial:
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Refuerza la prohibición: indica de manera inequívoca que no se puede adelantar bajo ningún concepto.
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Alerta de zona peligrosa: advierte al conductor de que circula por un tramo con alta siniestralidad.
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Actúa psicológicamente: el color rojo está asociado a peligro, advertencia y alto, lo que provoca una reacción más inmediata de atención.
El uso del rojo no es casual; múltiples estudios internacionales indican que este color incrementa la percepción de riesgo y obliga al cerebro a entrar en un estado de alerta más rápido que con cualquier otro color de señalización.
Un tramo con historial complicado
No es casual que Zamora estrene esta medida precisamente aquí. Según señalan fuentes vinculadas a la seguridad vial, se trata de una recta con tráfico frecuente, con incorporaciones y cambios de ritmo bruscos, donde se han producido impactos frontales y situaciones límite derivadas de adelantamientos inapropiados.
La DGT espera que la nueva medida contribuya a reducir accidentes y a moderación automática de la velocidad, especialmente en horas de flujo intenso o baja visibilidad.
Una tendencia que llegará a más provincias
Esta línea roja se ha implantado ya en otras carreteras de España donde los índices de siniestralidad superaban la media, y todo apunta a que se extenderá progresivamente a más tramos conflictivos de la red zamorana si la estadística lo respalda.
Con la implantación de su primera línea roja, Zamora incorpora una señalización que no solo prohíbe, sino que avisa, destaca y pone en guardia al conductor para evitar tragedias en un punto históricamente complicado.
La seguridad vial suma hoy un nuevo recurso. El tiempo dirá si este golpe cromático sobre el asfalto consigue su objetivo: salvar vidas.