Zamora comienza a mostrar sus inquietudes y a resolver dudas en torno a la propuesta de reintroducción del lince ibérico que podría asentarse a partir del 2025 en los Cañones del Duero y en la zona del Cerrato palentino. Para ello se han inaugurado las jornadas 'Reintroducción del lince ibérico en Castilla y León' con la vista puesta convertirlo en un proyecto "participativo con la colaboración de los alcaldes y afectados de las zonas seleccionadas".
La apuesta por reintroducir esta especie endémica en los territorios seleccionados de Castilla y León pasa ahora por estas jornadas en las que se proporcionará información técnica poniendo en valor las nulas limitaciones en lo relativo a la agricultura, la caza y actividades forestales. "La realidad es que es una especie que ha existido en la Comunidad Autónoma de Castilla y León hace menos de 40-50 años, entonces se trata de recuperar una especie amenazada, endémica y única en el mundo, que solamente tenemos en España".
En este sentido David Cubero, jefe de Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna de la Junta, ha especificado que se pondrán sobre la mesa todas las implicaciones, destacando su efecto positivo como "marca de calidad" que "genera beneficios en la caza menor al ser un control de las poblaciones de mesocarnívoros. "Si no fuera positivo no estaríamos aquí, no estaríamos trabajando en este proyecto" recordando la buena acogida que está teniendo su presencia en otros territorios del país. Por el momento, desde la Junta trasladan la buena acogida sin una oposición "como tal" al proyecto.
Su posible asentamiento en la parte más oriental hacia Zamora, se explica en buena parte por la gran presencia de conejo en un área de entre 10.000 y 20.000 hectáreas a las que se suman grandes densidades de matorral. En total el área de reintroducción afectaría a 16 municipios, ocho más directamente y otros tantos de influencia.

Por el momento, los implicados muestran inquietudes que pasan por el "desconocimiento lógico" especialmente relacionado con las consecuencias para la agricultura y la limitación de velocidad, si bien Cubero ha reiterado que su presencia no implicará limitación alguna en cuanto al uso de herbicidas siguiendo el ejemplo de aquellos territorios en los que su presencia es habitual. EN cuanto a la convivencia con el lobo, como ya ocurrió hace más de un siglo, se ha recordado que los espectros alimenticios son muy diferentes por lo que su convivencia y cohabitación sería factible.
Con respecto a las limitaciones de velocidad, Cubero sí ha enfatizado que en ningún caso su presencia conllevaría la instalación de radares o reducciones, pero sí señalización e instalación de vallados direccionales para evitar que entre la fauna a la carretera así como la extracción de conejos de las cunetas para evitar que sea un punto de atracción.
La propuesta deberá tener en cuenta además el alto grado de demanda actual a tenor de la petición de linces procedentes de los centros de cría para crear nuevas zonas en otras regiones como la Comunidad de Madrid, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha o Andalucía. La apuesta pasar por enviar en el mes de octubre una propuesta estudiada, si bien en el caso de que sea necesario el proyecto se evaluará con más "paciencia": "Si no puede ser en 2025 porque los estudios todavía no se han finalizado o es necesario reevaluar determinados aspectos, no hay que tener prisa". Cubero ha remarcado que los proyectos de reintroducción de una especie deben realizarse con consenso y sin "correr riesgos innecesarios".
Así se lo han manifestado en anteriores reuniones de trabajo con alcaldes, organizaciones agrarias, la Federación de Caza. Ahora serán los expertos los que pongan en valor la presencia de este felino ante los vecinos y entidades conservacionistas. Será la Junta la que, en base al pulso de la ciudadanía, los afectados y las diferentes entidades, traslado una propuesta positiva o negativa para que sea finalmente el Ministerio quien resuelva su reintroducción en alguno, ambos o ninguno de las zonas propuestas.