La realidad de la movilidad eléctrica en Zamora y provincia pinta un panorama muy distinto: solo el 20% de los cargadores públicos para vehículos eléctricos están operativos.
Aunque hasta mayo de 2025 se contabilizan unos 128 puntos de recarga distribuidos por toda la provincia, y se han instalado 38 nuevos cargadores en la capital dentro del Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible, la mayoría no funciona. Las quejas de los usuarios no han tardado en hacerse oír: los pocos puntos disponibles suelen estar fuera de servicio, y cada vez hay menos operativos.
La situación se agrava por la falta de coordinación entre el Ayuntamiento de Zamora y la empresa encargada de gestionar los puntos de recarga, Fenie Energía. Aunque esta última fue responsable de la instalación y operación de los equipos, no se encarga de su reparación ni mantenimiento, algo que, según la propia empresa, es competencia del consistorio.
A este panorama se suma la paralización de la electrolinera prevista en Monfarracinos, que debía reforzar la red de carga rápida en la zona rural. Sin avances ni explicaciones claras, el proyecto parece haber quedado en el olvido.
La falta de infraestructura fiable para la recarga está afectando directamente a la adopción del vehículo eléctrico. En lo que va de 2025, solo se han matriculado 45 coches eléctricos puros en la provincia, lo que supone una caída del 30% respecto al año anterior. En contraste, los vehículos híbridos (que pueden funcionar con gasolina) han aumentado sus ventas y ya superan a los modelos diésel y gasolina tradicionales.
A pesar del discurso institucional favorable a la movilidad sostenible, la ciudad de Zamora enfrenta serias carencias estructurales. “Mucho coche eléctrico, mucho plan climático... pero solo funciona una parte mínima de los cargadores”, lamentan usuarios locales.