Zamora se convirtió hoy en el escenario donde la ministra de Igualdad, Ana Redondo, quiso lanzar un mensaje inequívoco: la lucha contra la violencia de género no solo sigue siendo una prioridad democrática, sino que exige cerrar filas frente a quienes intentan desandar el camino recorrido. Lo hizo durante la inauguración del primer Congreso Regional de Violencia de Género que se organiza en la ciudad.
Redondo abrió su intervención subrayando el “orgullo” de participar en una cita que reúne a especialistas de toda la comunidad para abordar la prevención y el abordaje de las violencias machistas. “Es un honor estar en Zamora hablando de un problema que sigue siendo de esta sociedad y de esta democracia”, dijo.
A partir de ahí, la ministra dibujó un diagnóstico firme. Recordó que España acumula 50 años de democracia y dos décadas de la Ley 1/2004, de Violencia de Género, pero las cifras siguen colocando a las mujeres en una situación de riesgo que no permite bajar la guardia. Reivindicó que la respuesta institucional continúa creciendo, citando el aumento de inversión estatal en Castilla y León: de 10,2 a 11,7 millones de euros en el último año.
Redondo destacó especialmente el refuerzo normativo en marcha, en particular la legislación específica sobre violencia vicaria, una realidad que definió como “la agresión que se ejerce sobre las madres a través de sus hijos”. Y subrayó la importancia de los centros de crisis 24 horas, ya activos en toda España con 59 recursos abiertos, un servicio que calificó de “cercano, accesible y esencial para las mujeres que sufren violencias sexuales o machistas”.
Pero no se quedó ahí. La ministra quiso detenerse en el papel decisivo de la psicología en el acompañamiento de las víctimas, recordando que muchas llegan “con miedo, con culpa, con terror”. De ahí que instara a las mujeres a “no callarse” y recurrir a los recursos disponibles.
Uno de los avisos más contundentes fue su llamada de alerta ante la Navidad, un periodo especialmente crítico: “Entre un 25% y un 30% de los asesinatos machistas se producen en estas fechas”, advirtió, apelando al entorno —familias, amistades y compañeros de trabajo— para que activen las alertas cuando las víctimas no pueden hacerlo.
En el turno de preguntas, Redondo elevó aún más el tono político al referirse a la agresión sufrida ayer por una activista feminista. Lo calificó de “terrible” y lo vinculó a los discursos que reivindican épocas oscuras: “Hay personas que siguen añorando el franquismo, tiempos donde las mujeres estaban sometidas”. Y concluyó con un mensaje que quiso dejar resonando en el salón de actos: “Hoy las mujeres ya no nos callamos; hoy defendemos nuestros derechos en igualdad”.
Con esa declaración, Zamora abrió un congreso que nace con vocación de referencia y que, gracias a la intervención de la ministra, puso sobre la mesa no solo el análisis técnico, sino la urgencia política y social de frenar cualquier retroceso.