Al filo de los 50 días de confinamiento -1.200 horas, por si lo prefieren ustedes así- se abrió la veda. La ciudad de Zamora amaneció hoy diferente, con ese olor que solo tiene la primavera y que resulta inigualable. Los vecinos de la Bien Cercada se calzaron sus mallas, sudaderas y deportivas y salieron a la calle famélicos de libertad e independencia.
Ya no se trataba de tirar la basura, ir a la compra ataviados como un científico en Chernóbil -cruzando miradas desconfiadas y miedosas al resto de compradores- ni salir para trabajar, porque la epidemia sigue, pero las facturas también. Esta mañana del 2 de mayo -efeméride egregia en todo el territorio nacional- Zamora, y por supuesto España, retomó el pulso.
Unos andando, otros corriendo, otros tantos en bici y algunos nostálgicos con patines incluidos. Y es que, aunque seamos remolones a la hora de hacer deporte en otras circunstancias, quién iba a dejar escapar el recreo. ¿Lo importante? Que los zamoranos dieron una lección de cómo cumplir las normas y en esta mañana sabatina se respetaron las distancias.
La vida es al final un poco esto, pasear una agradable mañana primaveral mientras la música resuena en tus casos o, simplemente, disfrutando del alegre y parsimonioso trasegar que goza una villa como la de Zamora. Ya habrá tiempo para preocuparse por los no pocos problemas que se nos avecinan con esta crisis todavía activa (no olvidar), sin embargo, esta mañana era un respiro en la condena del reo, unas horas de esperanza en un tiempo sombrío, una sonrisa en tiempos de ceños fruncidos.
Por lo demás, cabe recordar que hoy mismo entre las 20:00 y las 23:00 la veda volverá a abrirse para aquellos cuya jornada laboral solo les ha permitido disfrutar de este primer tiempo de asueto a través de las fotos recibidas en los grupos de WhatsApp y redes sociales. Hoy ha pasado algo bueno, hagamos que siga ocurriendo.
