Quizá ellos y ellas hayan sido el género chico de esta pandemia que sigue asolando el mundo pero no por ello son menos importantes y más ahora, ya que en la desescalada tendrán el aluvión de consultas que se tuvieron que posponer debido al estado de Alarma y a la pandemia que sigue estando ahí y de la que debemos seguir protegiéndonos .
Una parte más que importante del ámbito sanitario que desde que se iniciara la alerta y también antes han recibido una sobre carga de trabajo "a ciegas" de magnitudes insospechadas.
Meses de diagnósticos sin poder ver al paciente y de escuchar, de mucho escuchar síntomas y males que ha traído esta nueva enfermedad que ha venido para quedarse y de la que muy poco se sabe aún, la vacuna esperemos que tarde poco y que las pruebas y los ensayos clínicos den los resultados que todos deseamos.
Miles de médicos y enfermeras de familia junto a los administrativos y personal de tele-asistencia siguen siendo cruciales en los desarrollos de las salidas de los hospitales y del trato se la enfermedad en los domicilios, cientos de pacientes que no han podido acercarse a sus centros de salud.
Otra de las dificultades para prevenir los contagios de una pandemia de dimensiones desconocidas para el ser humano en este siglo XXI.
Miles de llamadas para contar cómo se desarrolla la enfermedad, situación de esa fiebre o febrícula que genera el maldito bicho, seguimientos maratonianos de profesionales que tras el teléfono han tenido que reinventar en parte su profesión para intentar "curar a ciegas" o al menos hacer más llevadero tanto la enfermedad como el confinamiento y la cuarentena.
" En 30 años de profesión nunca había pasado tan malos ratos diagnosticando por teléfono y no pudiendo ver a mis pacientes" comentaba a este diario Manuel Montalvo uno de los médicos de familia del Centro de Salud situado al lado del Hospital Virgen de la Concha, un hospital que tuvo que reinventarse y re organizarse para poder acoger a los cientos de pacientes que han pasado días, semanas o meses. Los médicos de familia o cabecera, han sido también los que han estado al pie del cañón llamando a sus pacientes hasta en fin de semana intentando paliar y controlar lo incontrolable muchas veces, una enfermedad que en muchos casos han tenido que atender "a ciegas". El servicio de atención primaria ha tenido mucho más trabajo quizá que en el momento en el que las consultas estaban abiertas y/o en picos de gripes, esta vez la atención primaria ha sido crucial y lo seguirá siendo para tratar las secuelas del COVID-19.
Seguimientos de profesionales que son impagables y que en muchos casos han servido también de apoyo psicológico a cientos de pacientes que mantienen el hilo directo con una persona en la que confían y que creen a pies juntillas porque en muchos casos han sido sus únicos interlocutores.
Más de 40 test de seroprevalencia se han contado en el centro de Salud del Virgen de la Concha, y los seguimientos han sido recogidos en un estudio que da una ligera idea de la carga de trabajo también de estos profesionales que estudian los entresijos de la pandemia sobre la que nada se ha escrito en su post-fase la de convalecencia.
Los efectos secundarios de este COVID-19 se dejan sentir sobre la población que en general denota un cansancio especial y en muchos casos una fatiga que deja dolorido todo el cuerpo asegura el profesional que tiene en su consulta una gran cantidad de afectados de todas las edades y clases sociales.
En la atención telefónica no olvidar a los administrativos que en el servicio de cita previa y en la del primer filtro para consultar con el médico han pasado mañanas de no poder levantarse de sus sillas en toda La mañana aunque como contaban también a este diario, "somos cuatro por la mañana, y muchos días no damos a basto, pero la tarde con una sola persona es agotador".
En este periodo y espacio de ahora ya cerca de tres meses de crisis por la pandemia del COVID-19 no hay sección ni sector sanitario que no haya tenido un extra importante o una sobrecarga de trabajo.
Los ahora 1000 afectados por el coronavirus según los datos de la Junta de Castilla y León y más de 5000 según fuentes no oficiales en Zamora pasarán en su totalidad a los servicios de atención primaria tras el seguimiento de los 14 días y/o tras la hospitalización en caso de que la hubiera puesto que han sido seguidos por los hospitales, en principio por los médicos internistas y posteriormente han sido o serán derivados a sus médicos de cabecera.
También los servicios de prevención de las mutuas de trabajo se han ocupado de las bajas de los trabajadores que hoy en día pueden ser positivos en sus trabajos y que pueden por sus cargas víricas aún contagiar a sus compañeros de trabajo. Un infectado por coronavirus puede infectar a cientos de personas en su entorno y aunque solo el 5% de los españoles han pasado o tenido la enfermedad la pandemia como es sabido por todos ha atascado un sistema de salud que ya no es el mejor del mundo como decenas de políticos aseguraban. Miles de sanitarios se han contagiado por falta de recursos, una merma corregible y que debe servir de aprendizaje para en cuanto se pueda paliar carencias como pide la Unión Europea al Gobierno de España.
Es el momento de ayudar a paliar los recortes de años atrás y poder sacar adelante y recompensar a miles de sanitarios que hoy por hoy han arriesgado sus vidas por sus semejantes.
