Un paseo por la vida de Pedro García Aguado. Un viaje de aprendizaje a lo largo de sus 54 años. Cómo aprender a gestionar la frustración, una experiencia de primera mano sobre el recorrido de su vida.
Cambios. Frustración. Viajes. Odio. Rabia y muchas emociones. Su vida cambió cuando su madre se divorció y se marchó de casa. “Sentí odio y rabia. Emociones que nadie me enseñó a gestionar, simplemente me decían, no pasa nada. Para mí, mi madre era la mala, eso era lo que pensaba. Con el tiempo la imagen cambió”.
Con el tiempo, llegó un cambio de colegio e incrementó el odio a su madre. “Me amenazaron de muerte. Nunca dije nada y me refugié en el waterpolo”, ha explicado García al público del teatro Ramos Carrión.
El deporte complicó la situación. La selección que pudo conseguirlo todo, se convirtió en “un fracaso” según la prensa. Algo que incrementó la frustración del presentador. Una historia que puede verse en la película “42 segundos”.
Ahí fue cuando comenzó a coquetear con las drogas, “no sentía, no me dolía y no tenía esa rabia hacia mi madre”.
Con el tiempo, comenzó con el programa de “Hermano Mayor”, donde un equipo de expertos ayuda a padres desorientados a entender a sus hijos en un periodo complicado como es la adolescencia. Por su parte, los hijos debían comprender el mundo que les rodea y superar sus problemas de conducta.
El objetivo de García Aguado era “mejorar la convivencia dentro del ámbito del hogar”. Algo que le llenó, que entendía, que sentía empatía por los jóvenes. Siempre quiso explicar a los adolescentes que la frustración es pasajera porque “hay derrotas triunfales a las que envidian algunas victorias”.
Durante la intervención ha ensalzado sus lazos con Zamora, cuando su madre se marchó de casa, vivió con sus padre y su abuelo, un hombre entrañable y zamorano del Atlético de Madrid.
