Una tradición que durante décadas sólo se ha podido frenar ante la losa que en su día impuso el Covid. Un año más, los voluntarios de Protección Civil de Zamora vuelven a hacer una oda a la solidaridad con los más desfavorecidos en la ciudad. En este 24 de diciembre de tradición familiar y reuniones en torno a una mesa, son muchos los que acuden a esta cena para poder disfrutar de un plato especial y una conversación en un día tan señalado.
De nuevo la buena mano y, sobre todo, la dedicación de los voluntarios ha obrado una buna acción en forma de un completo menú compuesto por tres entrantes, un plato principal a base de sopa de marisco, carne y pescado, postre y bebida previamente complementado con un chocolate caliente a modo de recepción.
Una cita que cada año congrega a no menos de una treintena de personas que cenan caliente gracias a la dedicación de estos voluntarios que han pasado buena parte de la tarde y noche a los fogones en el colegio Corazón de María de la capital zamorana.

