La solidaridad no tiene edad. En Zamora, un destello de luz ha emergido en forma de la pequeña Alicia, una niña con un corazón lleno de generosidad y empatía que tenía una misión estas navidades: recaudar fondos para la Asociación Corriendo con el Corazón por Hugo. Armada con hilos, agujas y una determinación inquebrantable, se embarcó en la creación de pulseras, cada una tejida con el amor y la esperanza.
La venta de estas pulseras no solo fue un acto de recaudación de fondos, sino un medio para compartir su positividad con el mundo. Con 10,50 euros recaudados, la pequeña ya estaba haciendo una diferencia significativa. Pero no ha sido su única labor; decidió llevar la alegría navideña a su pueblo sorteando una cesta. Cada número vendido no solo representaba una oportunidad para ganar la cesta, sino también un pequeño paso hacia un objetivo más grande. Otros cinco euros se sumaron a la causa que se había marcado.
Fue en el día de Reyes cuando la asociación recibió una nota especial con lo que Alicia había recaudado; un gesto que demuestra "un corazón tan grande y generoso" con un acto de bondad que "es un ejemplo para todos nosotros y demuestra que cualquier persona, sin importar su edad, puede marcar la diferencia en el mundo". Una labor altruista de la que se debe sentir orgullosa porque "es algo para celebrar".
Con este gesto, Alicia ha recordado a toda una provincia que el verdadero poder de la generosidad radica en el amor; en la voluntad de hacer cosas buenas. Un ejemplo que demuestra que, a través de actos simples, pero significativos, cada uno puede iluminar el mundo. La pequeña ha dejado ver que la grandeza no tiene edad y que la solidaridad puede comenzar con el latido de un corazón dispuesto a hacer la diferencia.