El diagnóstico de cáncer está asociado a una amenaza para la salud con repercusiones en todas las esferas de la vida de la persona enferma y de sus familiares. Supone una experiencia vital con importantes desafíos que implica la aparición de sentimientos dolorosos que pueden derivar en altos niveles de sufrimiento y en problemas sociales importantes durante todo el periodo de enfermedad.
Este es el resúmen del estudio de impacto del cáncer en la sociedad española y titulado: EL IMPACTO ECONÓMICO DEL CÁNCER EN LAS FAMILIAS EN ESPAÑA"
RESUMEN EJECUTIVO
OBSERVATORIO DEL CÁNCER AECC. Enero 2018
Autores: Fernández Sánchez, Belén y Del Castillo Martín, Raquel ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER
Colaboradores:
SIGMADOS ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN, S.L
Antes de describir los resultados obtenidos, es necesario subrayar la importancia de la situación en la que la persona se encuentra cuando es diagnosticada de cáncer. Si duda, su situación sociolaboral en el momento del diagnóstico condiciona claramente las consecuencias que la enfermedad va a tener en los diferentes aspectos de su vida. Pudiendo resultar este diagnóstico un causante y/o agravante de riesgo socioeconómico para la subsistencia de la persona y su familia.
Así pues, se estima que el 11% de las personas que han sido diagnosticadas de cáncer en España, durante el año 2017, tenían una situación de riesgo socioeconómico en el momento del diagnóstico o este, ha generado este riesgo con su aparición. Para un total de 24.943 personas en edad laboral, ya sea por encontrarse en desempleo (con o sin prestación), ser trabajadores/as por cuenta propia, y/o disponer de bajos ingresos, el cáncer supone un serio agravante a su situación socioeconómica previa. Si solo tenemos en cuenta a los nuevos diagnósticos de personas en edad laboral (mayores de 15 años y menores de 65 años), los 24.943 casos representan el 27,7% de los nuevos casos.
Personas en situación de desempleo y diagnosticadas de cáncer:
• Se estima que 10.213 personas han sido diagnosticadas de cáncer en España, en situación de desempleo (con o sin prestación), durante el año 2017.
• La frecuencia en hombres y mujeres es muy similar (52,57% y 47,43% respectivamente).
• El 65% de las personas diagnosticadas de cáncer en situación de desempleo (sin distinguir por sexos) son mayores de 50 años, lo que puede suponer una dificultad añadida más a su búsqueda activa de empleo y al éxito de la misma. Este hecho resulta de mayor interés entre los 55 y los 59 años (26% de los nuevos diagnósticos).
• En los hombres, el grupo de edad más numeroso es el de 55 a 59 años.
• Y las mujeres, entre los 50 y los 54 (22% de los casos) y entre 55 y 59 años (20%). Sin dejar de destacar que, entre los 45 y los 49 años, son diagnosticadas un 19% de las mujeres en esta situación, lo que acerca peligrosamente la vivencia de la enfermedad a edades muy tempranas, donde las mujeres puede encontrarse en plena etapa de crianza, desarrollo y consolidación profesional, etc.
6
• Así, entre las edades de 45-49 años, las mujeres son diagnosticadas con casi el doble de frecuencia que los hombres (926 vs 548), al contrario que entre los 60 y los 64 años, que se diagnostican más de la mitad a hombres que a mujeres (1.385 vs 499).
Estas diferencias generan problemáticas muy diferentes entre las experimentadas por hombres a las experimentadas por mujeres, pero todas ellas igualmente graves.
• La distribución, según el sexo, de los tipos de cáncer en este colectivo coincide con la que se da en la población general diagnosticada de esta enfermedad. Así, los cánceres más prevalentes por sexo son; en el caso del hombre: pulmón, próstata, colon y vejiga, y en el caso de la mujer, indiscutiblemente el cáncer de mama.
• Es importante destacar como, en el caso de los hombres, el cáncer de próstata pasa del puesto 17 de los cánceres más frecuentes, entre las edades de 45-49 años, al primer puesto, entre los 60-64 años.
Esta evolución se produce, de formas muy similares, en todos los colectivos poblacionales analizados en este estudio (personas trabajadoras por cuenta propia y personas con ingresos inferiores al SMI).
• En cuanto a las personas en situación de desempleo (10.213 personas), 5.704 personas no reciben ninguna prestación (el 55,8% de los casos), siendo el 47% mujeres y el 52% hombres.
• Si atendemos a la situación por edades, sin apreciarse diferencias significativas, se observa que el 47% de las personas sí reciben prestación, frente al 53% que no la reciben.
• Respecto a la distribución de personas desempleadas, diagnosticadas de cáncer, por CCAA, se aprecia que la Ciudad Autónoma de Ceuta, es el lugar de España donde existen menos personas desempleadas y diagnosticadas de cáncer sin prestación (41,9%), y Melilla, el que más (68,1%).
• Por otro lado, existen seis CCAA con más del 60% de la persona diagnosticada de cáncer y en desempleo, que no cobran prestación (Comunidad de Madrid, Canarias, Castilla la mancha, región de Murcia, País Vasco y Melilla).
Personas trabajadoras por cuenta propia y diagnosticadas de cáncer •En 2017, se diagnosticaron 10.986 nuevos casos de cáncer en el colectivo de perso-nas trabajadoras por cuenta propia.•Los/as autónomos tienen que seguir cotizando a la Seguridad Social durante su baja médica, reduciéndose sus ingresos al 60% de lo que ha cotizado (del 4º día al 20º) y al 75% (a partir del 21º día), igual que los/as trabajadores por cuenta ajena.•La problemática específica, consecuencia de esta situación, es que, la persona au-tónoma, durante su baja, tiene que seguir manteniendo su negocio abierto y su co-tización, sin disponer de ingresos por actividad laboral y tan solo contando con una prestación económica de bajo importe (alrededor de los 670 € mensuales, en el 80%de los casos).•Así, durante la IT (baja médica), los ingresos pasan a ser de 670 €-275 € de cotiza-ción, quedando 395 € netos, con los que hacer frente a todos los gastos habituales, los derivados de la enfermedad y los requeridos para el mantenimiento del negocio (préstamos, hipotecas, pago a proveedores, etc.).•El 71,8% de las personas que trabajan por cuenta propia y son diagnosticados de cáncer, son hombres, porcentaje ligeramente superior al total de personas autóno-mas en general, en el que el 66,5 € son hombres igualmente.•La mayor incidencia del cáncer en el colectivo de personas autónomas, sin distin-ción por sexo, se produce entre los 55 y los 64 años (56% de los casos). Atendiendo exclusivamente a los hombres diagnosticados, el porcentaje aumente, en este rango de edad, al 62,28% de los casos.•La distribución por tipo de cáncer sigue los mismos parámetros que en el colectivo de personas en situación de desempleo, tanto respecto a la evolución del cáncer de próstata en hombres, como a la de cáncer de útero en mujeres.
Personas trabajadoras por cuenta ajena con rentas inferiores al SMI, y diagnosticadas de cáncer•El número de personas con ingresos inferiores a 707,70 € al mes (SMI 2017) diagnos-ticadas en 2017, fueron 3.744, siendo el 60,98% mujeres, frente al 39,02% hombres.•Claramente existe un agravante por sexo, así las mujeres se ven especialmente afectadas por esta situación, al igual que se produce en el contexto de población general, donde el 68,21% de las personas que reciben ingresos inferiores al SMI son mujeres.A esta situación se suma que, además de contar con bajos ingresos, las personas afectadas de cáncer también tienen que asumir 150 € aproximadamente, al mes, de gastos derivados de la enfermedad (aumentando el gasto en salud del presupuesto familiar, de un 3% en situación de ausencia de enfermedad, a un 7%-11% en situación de enfermedad). En estos casos, es lógico pensar el riesgo añadido de la enfermedad para las economías ajustadas, ya que tienen que asumir nuevos gastos asociados a la enfermedad, sin contar con ingresos suficientes, lo que nece-sariamente los lleva a tener que prescindir de algunos de ellos.•Respecto a la distribución de diagnósticos, según la edad, observamos que, nueva-mente, los hombres son mayoritariamente diagnosticados en edades más avanza-das (el 59,04% entre los 60 y los 64 años) y las mujeres, con una distribución más homogénea, siendo las edades más frecuentes entre los 45-49 años, seguidas de los 55-59 años.•La evolución por tipo de cáncer sigue los mismos parámetros que en el colectivo de personas en situación de desempleo y autónomos, tanto respecto a la evolución del cáncer de próstata en hombres, como a la de cáncer de útero en mujeres.
5 Fernández Marcos A., Del Castillo R., Eguino A. Análisis de las medidas del Real Decreto Ley 16/2012 en las prestaciones sanitarias y su impacto en el colectivo de pacientes de cáncer. AECC: 2013.
Disponible en https://www.aecc.es/Investigacion/observatoriodelcancer/Estudiosrealizados/Paginas/AnalisisRealDecreto-Ley.aspx
Así pues, podemos concluir que:
• El colectivo de personas en situación económica de riesgo, derivadas y/o agravadas por el diagnóstico de cáncer, mayoritario es el de personas trabajadoras por cuenta propia (10.986 nuevos casos en 2017), seguido del de personas en situación de desempleo (10.213 nuevos casos en 2017) y, por último, el de personas trabajadoras por cuenta ajena con bajos ingresos (3.744 nuevos casos en 2017).
• Si atendemos a la distribución del cáncer por sexo en los diferentes colectivos, observamos que la incidencia es similar entre hombres y mujeres en el colectivo de personas desempleadas; en el colectivo de trabajadores/as por cuenta propia, hay un mayor número de hombres diagnosticados de cáncer (coherente con el hecho de que los trabajadores por cuenta propia son en su mayoría varones) y, en el caso de personas trabajadoras por cuenta ajena con bajos ingresos, fueron diagnosticadas más mujeres que hombres en 2017.
• Si atendemos a la distribución de los diagnósticos según la edad, en todos los colectivos, existe una tendencia en la que hay más hombres diagnosticados en los rangos de edad superiores (60-64 años) y más mujeres, en los rangos de edad inferiores (45-49 años).
• Y, por último, atendiendo al tipo de cáncer, se observa una distribución común de los diagnósticos en todos los colectivos analizados, en los que, en los hombres, en las edades más tempranas el diagnóstico más común es pulmón, seguido de colorrectal, pero a medida que aumenta la edad, el cáncer de próstata va aumentando su incidencia, hasta colocarse en el primer "puesto", entre los 60-64 años.
• En el caso de las mujeres, indiscutiblemente el cáncer de mama es el más recurrente, pero el de útero, va aumentando su incidencia, paralelamente al aumento de edad, hasta colocarse entre los primer "puestos", entre los 60 y los 64 años, también sin diferencias entre os colectivos objeto del estudio.
• Casi 25 mil personas (24.943) pueden encontrarse en situaciones muy delicadas debido al impacto económico de un diagnóstico de cáncer y tener que hacer frente al proceso que una enfermedad oncológica conlleva, lo que, puede repercutir negativamente en su vivencia de la enfermedad y en sus posibilidades de cuidarse adecuadamente, viendo seriamente mermada su calidad de vida.
Muchas de estas personas comparten estas situaciones con sus familias, no siendo ellas las únicas perjudicadas, sino viéndose afectada toda la unidad familiar que puede entrar en un claro riesgo de exclusión social debido al cáncer.