Aunque el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, no rechaza la candidatura de Zamora como Patrimonio de la Humanidad aprobada en Las Cortes a propuesta del PSOE, el regidor municipal considera más viable acudir a la Unesco con la propuesta "Zamora, Paisaje Natural".
Guarido dejó claro que "nuestro proyecto es este y se ajusta a los parámetros que nos dio la Junta". El concejal de Turismo y Comercio, Cristohp Strieder, también estima "más realista" esta candidatura y anunció varias actividades a lo largo de 2021 para apoyarla, desde talleres de paisajes hasta rutas para conocer el paisaje cultural de la ciudad y una exposición en el Centro de Ciudades Medievales.
El Ayuntamiento de Zamora cree que la solicitud se ajusta a la actual política de la UNESCO sobre el reconocimiento de Patrimonio Mundial, en el que se engloban una amplia variedad de aspectos relevantes, frente al reconocimiento como "Patrimonio de la Humanidad" que es para un solo elemento de carácter monumental, histórico, cultural o geológico.
Los paisajes culturales son bienes culturales y representan las obras conjuntas del hombre y la naturaleza, ya sean monumentos, conjuntos o lugares. Ilustran la evolución de la sociedad humana y sus asentamientos a lo largo del tiempo, condicionados por las limitaciones y/o oportunidades físicas que presenta su entorno natural y por las sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales. Por ello el proceso de elaborar una propuesta de un proyecto de candidatura que puede entrar en la lista indicativa no es hoy un tema que tenga una solución rápida, según el concejal de Turismo.
Las candidaturas de Paisaje Cultural que incluyen además elementos de patrimonio inmaterial, "exigen por un lado investigación y documentación y por otro lado intervenciones en el territorio que documentan la seriedad y la solidez de la propuesta: intervenciones en paisajes y patrimonio que crean visibilidad de los valores específicos y singulares.
Además la UNESCO exige la participación de la gente en estas candidaturas para documentar el compromiso de los que viven en el territorio de formar parte del proyecto y defenderlo". Por eso, según Strieder, no se trata de un proceso corto, de un año, sino que pude durar varios años, "porque lleva un trabajo de estudio, de investigación y de participación de la gente; y es también un proyecto para el futuro de la ciudad en su conjunto y no solo desde el punto de vista turístico.