viernes. 19.04.2024
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La diócesis de Zamora inaugura la fase diocesana del Sínodo en la S.I Catedral de Zamora con una reflexión sobre la renovación eclesial dirigida por el sacerdote y profesor de la Facultad de Teología de la UPSA, Emilio J. Justo. El presbítero subrayó la importancia que tiene para la Iglesia el poner en marcha su renovación y cuestionarse sobre este asunto: “La Iglesia está siempre en proceso de renovación, porque ha de vivir su misión en cada tiempo. La Iglesia es la misma; pero las distintas personas que la forman y los diferentes momentos históricos le van dando una figura concreta, una existencia histórica”.

El hecho de estar en permanente búsqueda de “nuestro ser eclesial” es tradición viva. Es decir, no se trata sólo de recibir algo que nos viene y mantenerlo sino que se trata de “vivir la fe hoy”. El presbítero insistió en que en cada momento de la historia, la Iglesia ha de preguntarse: “desde qué criterio vivir la fe, cómo vivir la fe hoy, cómo ser Iglesia en nuestro tiempo, desde qué formas habría que cuidar especialmente”.

Por tanto, para ser Iglesia hoy “hemos de mirar a Jesús” porque en Él encontramos el criterio y la orientación. El criterio será “parecernos a Él”  y que la comunidad cristiana tenga la forma de Jesús. Esto nos remite a aspectos fundamentales que se deben cuidar: la liturgia, la oración personal y el compromiso personal.

En definitiva, Emilio J. Justo, reconoció que dar respuesta a todas las cuestiones que implican la renovación eclesial son una tarea muy difícil, por eso una reflexión sobre el asunto “nos ha de guiar en la vida cristiana y, con humildad, presentar propuestas que puedan ayudar a reflexionar, a discernir y, en casos concretos, a decidir”.

A continuación, tuvo lugar el solemne rezo de vísperas presidido por el obispo diocesano, Fernando Valera, quien en su homilía ha destacado algunos de los aspectos más importantes de las palabras del papa Francisco en el día de la inauguración del camino sinodal.

Homilía del obispo, Fernando Valera

Recogiendo las palabras del Papa Francisco en su homilía de inauguración del camino sinodal, quisiera señalar algunos aspectos de ella.

Hoy al dar comienzo al itinerario sinodal, todos -el Papa, los obispos, los sacerdotes, las religiosas y los religiosos, y los laicos- comenzamos preguntándonos: nosotros, comunidad cristiana, ¿encarnamos el estilo de Dios, que camina en l historia y comparte las vicisitudes de la humanidad? ¿Estamos dispuestos a la aventura del camino o, temerosos ante lo incierto, preferimos refugiarnos en las excusas del “no hace falta” y del “siempre se ha hecho así?

“Hacer sínodo significa caminar juntos en la misma dirección. Miremos a Jesús”. Se detiene el Papa en tres verbos: Encontrar, escuchar y discernir

“Encontrar los rostros, cruzar las miradas, compartir la historia de cada uno; esta es la cercanía de Jesús. Él sabe que el encuentro puede cambiar la vida. Y en el Evangelio abundan encuentros con Cristo que reaniman y curan”.

“Un tiempo para dar espacio a la oración, a la adoración… A aquello que el Espíritu quiere decir a la Iglesia; para enfocarnos en el rostro y la palabra del otro, encontrarnos cara a cara, dejarnos alcanzar por las preguntas de las hermanas y hermanos, ayudarnos para que la diversidad de carismas, vocaciones y ministerios nos enriquezca”.

Un tiempo para escuchar: “cuando escuchamos con el corazón sucede esto: el otro se siente acogido, no juzgado, libre para contar la propia experiencia de vida y el propio camino espiritual”.

Discernir: Ver con el corazón. Escuchar la Palabra que nos ilumina y orienta. “Es un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu Santo”.

Un Sínodo, caminar juntos, “ser peregrinos enamorados del Evangelio, abiertos a las sorpresas del Espíritu… Es Jesús quien viene primero a nuestro encuentro con su amor”

Déjate acariciar por la luz cálida del Espíritu Santo y colmado de su amor camina en el Señor.

Las fases del Sínodo

A partir de hoy, tras la inauguración solemne del Sínodo en su fase diocesana, comienza el trabajo capitaneado por el vicario de pastoral, Florentino Pérez, responsable diocesano del Sínodo. Este sacerdote, junto con un equipo de 11 personas, trabajarán intensamente esta primera fase local.

Con la ayuda del responsable diocesano, en cada parroquia o en cada comunidad cristiana se forma uno o varios grupos de personas, representativos de la Iglesia en ese lugar. El objetivo es que en esos grupos participen las personas más comprometidas con el día a día de la comunidad, las personas que participan esporádicamente y también las personas que, siendo bautizadas, se sienten alejadas o marginadas de la vida de la Iglesia.

Esos grupos, dirigidos por un responsable, realizan sus reuniones, con una periodicidad establecida, y dialogan sobre el documento de trabajo, propuesto por la Secretaría General del Sínodo. Al acabar todas sus reuniones elaboran una síntesis de las aportaciones que quieren realizar y la envían al equipo de referencia en la diócesis.

El equipo de referencia reúne todas las aportaciones y elabora una síntesis de diez folios que presenta en una reunión final y celebración de la experiencia sinodal en las diócesis y que se celebrará al final de marzo de 2022. El resultado de su trabajo se envía, junto con todas las participaciones recibidas, al equipo coordinador de la Conferencia Episcopal.

Del mismo modo, la Conferencia Episcopal realiza, en una reunión extraordinaria prevista para el 30 de abril, una síntesis de las aportaciones recibidas que se podrá entregar, a su vez, al Sínodo de los Obispos. Este material será sintetizado y utilizado como base para la elaboración de un nuevo documento de trabajo que será estudiado en la Fase continental.

La diócesis inaugura el Sínodo reflexionando sobre la renovación eclesial