Despedida a las últimas clarisas en Zamora

El obispo de Zamora ha celebrado una eucaristía de acción de gracias por las hermanas clarisas del Convento de Santa Marina cuya comunidad se traslada a León
Eucaristía de despedida de las hermanas clarisas presidido por el obispo Fernando Valera. Fotografía: Diócesis de Zamora
photo_camera Eucaristía de despedida de las hermanas clarisas presidido por el obispo Fernando Valera. Fotografía: Diócesis de Zamora

El obispo de Zamora celebra una eucaristía de acción de gracias por las hermanas clarisas del Convento de Santa Marina cuya comunidad se traslada a León.

La decisión de abandonar la ciudad de Zamora se adoptó en el mes de diciembre y fue motivada por el reducido número de hermanas que impedía que el funcionamiento autónomo del monasterio. Estas hermanas próximamente se incorporarán a la comunidad de clarisas de la ciudad de León, a cuyo Convento ya han trasladado algunas de sus pertenencias personales y comunitarias, uniéndose así a su Madre Abadesa, que ya reside allí desde diciembre de 2022, por motivos de enfermedad.

Monseñor Valera afirmó en su homilía que "despedir a la comunidad de las Hermanas Pobres de Sta. Clara, nuestras monjas Marinas, es un cúmulo de sentimientos" .Fue una auténtica acción de gracias por el don de la vida contemplativa de las hermanas pobres de Santa Clara porque han sido muchos los años de servicio en Zamora, una dilatada vida de oración y testimonio: "Perdéis una comunidad que ha tenido una presencia importante en Zamora".

Al finalizar la eucaristía una hermana leyó una sentida carta de madre Josefa, la última superiora de la comunidad, una carta cargada de dolor, de esperanza y de gratitud por todo. La madre Belén, superiora del convento de León, tuvo también unas entrañables palabras de agradecimiento y, mirando a Santa Clara, dijo que las hermanas se iban sin nada, dejándolo todo, pero llevándose el cariño de muchos zamoranos y la gratitud de la diócesis.

Eucaristía de despedida de las hermanas clarisas presidido por el obispo Fernando Valera. Fotografía: Diócesis de Zamora
Eucaristía de despedida de las hermanas clarisas presidido por el obispo Fernando Valera. Fotografía: Diócesis de Zamora

Al final también el obispo agradeció de nuevo tanta generosidad de vida. Su obra seguirá viva porque su casa seguirá estando al servicio de la comunidad cristiana, en ella se seguirá celebrando la eucaristía y será casa sacerdotal y de espiritualidad. 

Acompañaron la celebración un nutrido grupo de fieles que han conocido la sencillez y pobreza de las hermanas, también  cuatro clarisas del convento de León, nueva casa de las que han sido hasta estos meses moradoras del Convento de Santa Marina, situado en la plaza Fray Diego de Deza 7.

Con esta celebración, el obispo ha querido expresar el agradecimiento profundo por el trabajo callado que durante siglos ha venido realizando la comunidad, contribuyendo al sostenimiento espiritual del pueblo cristiano de esta ciudad con su cercanía, oración y constante búsqueda de la santidad. Las hermanas, en su vida escondida de clausura, han sido un regalo que el Señor le ha hecho a nuestra Iglesia y a nuestra ciudad. Su vida consagrada, su ejemplo, su silencio y su pobreza nos acompañarán siempre.

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