Así ha sido, a las 20:00 horas nadie se concentró, nadie protestó, aunque si que vimos a varios agentes de paisano de los cuerpos de Policía Local y Nacional en previsión de cualquier altercado o cualquier salida de tono de cualquiera, ya que no estaba permitido, ni autorizado.
La libertad no se coarta siempre que se pide permiso y las protestas son legales y lícitas, eso si cuando se solicitan los permisos pertinentes y más cuando estamos en pleno Estado de Alarma que realmente no es muy constitucional que digamos ya que este tipo de estado solo se puede ejecutar según la Constitución y el artículo Sexto capítulo II del Estado de Alarma durante 15 días, siendo de extensión privativa y en la que sólo se podrá prorrogar con autorización expresa del Congreso de los Diputados, que en este caso podrá establecer el alcance y las condiciones vigentes durante la prórroga.
Legalismos y órdenes y boletines oficiales a parte en la Marina no había ni más ni menos gente que un domingo cualquiera, poca gente muchos jóvenes que en ese lugar se concentran pero ni negacionistas, ni radicales ni nada parecido.
En Zamora hoy no pasó nada como de costumbre, y menos mal puesto que ni protesta pacífica ni airada seguimos de mal en peor, con una pandemia que nos ahoga y con datos que nos llevan a un noviembre desastroso y con una cifra de impacto para empezar el mes 234 nuevos contagios en la provincia.
Ojalá no pasara nada y no murieran tantos y tantos zamoranos que por culpa de no haber aprendido nada en los otros ocho meses anteriores tenemos estos resultados tan siniestros. Derecho a protestar todo, pero a liarla como en Santander, Madrid, Barcelona o Logroño ninguno.
