Debemos utilizarlas para que estén allí cumpliendo una función que no se queda solo en el acceso a los medicamentos, si no que va más allá, con el asesoramiento profesional sobre los medicamentos y cómo actúan sobre nosotros, la vigilancia de sus efectos no deseados, el manejo de herramientas para la mejora de la adherencia, sin olvidar la implicación de los farmacéuticos en temas sociales, como la violencia de género (todas las farmacias de Zamora son Puntos Violeta) o la protección y vigilancia de personas en riesgo de soledad junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La cruz de la farmacia no se ha apagado en ningún momento, incluso en los peores momentos de la pandemia que estamos sufriendo. El poder tener una farmacia con la puerta abierta y la cruz encendida en “Tu pueblo”, es un logro social de toda la población zamorana y española.
Desde las Corporaciones Farmacéuticas (Nacional, Autonómica y Local) luchan y apuestan cada día por mantener todas las cruces de las farmacias encendidas, ayudando a un Sistema de Salud que sufre tensiones, y que debemos de mantener como bien básico y derecho reconocido constitucionalmente (derecho a la Salud), del que la farmacia forma parte más directa que indirectamente, como se ha demostrado en los tres últimos años.
Acudamos a las farmacias de nuestros pueblos, y conservaremos un servicio de cercanía y confianza.