viernes. 29.03.2024
Residencia San Agustín. Foto de archivo
Residencia San Agustín

El año 2020, recordado por todos como el año del impacto de la pandemia, hizo que el colectivo de mayores fuera especialmente sensible a las consecuencias de la enfermedad del Covid19, un virus no sólo letal, sino también símbolo de aislamiento, soledad, deterioro cognitivo, pérdida de calidad de vida y miedo. En los seis centros residenciales de Cáritas Diocesana de Zamora se trabajó para reducir los efectos del aislamiento y, casi año y medio después, con entrega, esfuerzo, compañerismo y fe, las residencias van recuperando su actividad normal.

PROGRAMA DE MAYORES

Cáritas Diocesana de Zamora, organismo oficial de la Iglesia de Zamora para la labora caritativa y social, atiende cada año a más de 500 mayores a través de la gestión de seis residencias de ancianos repartidas por diferentes puntos de la diócesis de Zamora, y más en concreto, en las localidades de Fermoselle donde se sitúan dos centros, “Conchita Regojo” y “D. Antonio y Dña. Esther”, en Alcañices donde está la residencia “Virgen de la Salud”, en Villarrín de Campos “Matías Alonso”, en Carbajales de Alba “Virgen de Árboles” y en Toro “San Agustín”. 

Las residencias de Cáritas ofrecen atención y cuidados permanentes de forma integral a las personas mayores, potenciando todos los aspectos que configuran la vida de los mayores.

Se cuidaa las personas y se ayuda a mejorar su calidad de vida, acompañando y promocionando su autonomía personal, estimulando su salud mental, física, afectiva y espiritual, potenciando la animación, incentivando su motivación y participación, desarrollando su tiempo de ocio mediante actividades que les permitan crecer como personas. Sentirse parte activa de la realidad en que viven, siempre respetando a la persona y ofreciéndole un trato personalizado, afectuoso, digno y respetuoso con su intimidad, identidad y valores.

El objetivo principal es ofrecer una atención integral centrada en la persona, atendiendo a sus valores, identidad, biografía y expectativas, buscando una integración plena en la comunidad, y siempre teniendo en cuenta el respeto pleno a su dignidad, siendo la familia un apoyo fundamental en ese cuidado y atención.

En las residencias de Cáritas Diocesana de Zamora se potencia una intervención individualizada para cada residente y desde todas las áreas de trabajo, buscando cuando sea posible, autonomía y participación, se incide en las relaciones con la familia y con otras personas de referencia y se intenta mejorar la calidad de vida de los usuarios, poniendo en marcha actividades y programas para su consecución.

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