Un código QR, un mensaje sugerente y una reacción masiva. Esta ha sido la combinación que convirtió a Zamora en uno de los nombres más repetidos en los medios de comunicación nacionales durante los últimos días. La ciudad lanzó una campaña municipal contra la violencia machista digital utilizando un cartel que insinuaba conducir a un vídeo íntimo no consentido. En apenas 24 horas, el enlace acumuló 1.500 visitas, una cifra que, según el Ayuntamiento, demuestra hasta qué punto este fenómeno despierta preocupación… y también curiosidad.
La acción, impulsada por la Concejalía de Igualdad, pretendía medir la respuesta ciudadana ante lo que parecía un caso real de pornovenganza o sextorsión, dos formas de violencia digital que afectan mayoritariamente a mujeres jóvenes. La reacción superó cualquier previsión: además de las miles de consultas registradas, varios vecinos alertaron a la Policía Local y otros directamente arrancaron los carteles al pensar que se trataba de una situación auténtica.
Hoy, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, lo que ha ocurrido en Zamora es un gesto de cambio, un indicio de que la sociedad empieza a reconocer la gravedad de estas conductas, que siguen creciendo al amparo del anonimato y la difusión inmediata que permiten las redes sociales. Los datos lo respaldan: nueve de cada diez víctimas de difusión íntima no consentida son mujeres, y el 73% ha sufrido algún tipo de violencia digital.
La campaña, desarrollada por la agencia zamorana Alto al Fuego, llega tras ser reconocida este mismo año en los Premios Anuaria. Su estrategia —impactar primero, reflexionar después— se ha convertido en uno de los ejemplos recientes de comunicación pública que logra trascender fronteras y despertar conciencia en cuestión de horas.