Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, la empresa Aquona ha llevado a cabo una iniciativa singular en Zamora: una cata de aguas para demostrar que el agua del grifo zamorana no solo es segura, sino que en muchos casos supera en calidad organoléptica a la embotellada.
Durante la actividad, los participantes han podido probar cuatro tipos de agua diferentes: dos embotelladas y dos de grifo —una de ellas, procedente del abastecimiento de Zamora—. Sin saber cuál era cuál, se les ha pedido que valoraran aspectos como el olor, sabor y color, y que intentaran adivinar qué agua correspondía al grifo y cuál a la embotellada.
La sorpresa ha sido generalizada. “Mucha gente pensaba que el agua de Zamora era embotellada, incluso una pareja de Madrid comentó que les gustaba más que la que consumen allí”, explicaban desde Aquona.
El objetivo de la iniciativa ha sido concienciar sobre la calidad del agua del grifo y dar a conocer el trabajo diario que se realiza en Zamora para garantizar un agua excelente. Se ha puesto especial énfasis en las características organolépticas del agua —aquellas que podemos percibir con los sentidos—, como el sabor o el olor, que dependen directamente de la composición química, en especial de su contenido en sales minerales.
Desde la organización se ha recordado también un dato clave: “El agua embotellada puede llegar a costar hasta 500 veces más que el agua del grifo, algo que los consumidores también deben conocer”.
Con este tipo de acciones, Aquona busca fomentar el consumo responsable de agua, desmontar prejuicios sobre el agua del grifo y seguir promoviendo una cultura de sostenibilidad y confianza en los recursos locales.