El alfarero discriminado: Francisco Pascual no volverá a la Feria de Alfarería de Zamora

Francisco Pascual, alfarero de Moveros, Zamora, ha decidido, por segundo año consecutivo, no asistir a la Feria de Alfarería de Zamora. Según afirma Pascual, su ausencia se debe a una discriminación persistente en la asignación de puestos que lo ha llevado a ser el único alfarero de Zamora relegado a una ubicación menos visible dentro de la plaza.
virirato puesto de atrás
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La controversia de la ubicación

Desde hace dos años, Francisco Pascual ha sido ubicado en un puesto detrás de la estatua de Viriato, un lugar que considera desfavorable y que ha rechazado en repetidas ocasiones. "En cincuenta y dos años nadie de Zamora ha ocupado ese puesto", declara Pascual, quien recuerda con nostalgia los tiempos en que hasta catorce alfareros de la provincia asistían a la feria, sin que ninguno de ellos fuese relegado a una posición tan oculta.

El alfarero sostiene que la comisión organizadora de la feria, lejos de resolver el problema, ha utilizado esta maniobra para expulsarlo, asignándole el mismo puesto indeseado del año anterior. Pascual señala que, a pesar de haber solicitado expresamente un puesto en el exterior de la plaza, como el resto de los alfareros de la provincia, su petición fue ignorada.

Una comisión intransigente

Francisco Pascual critica duramente a la comisión organizadora, acusándola de ejercer su autoridad de manera tiránica y de utilizar tácticas discriminatorias. Según Pascual, "los miembros de la comisión, quienes han ocupado siempre los mejores puestos, han creado este problema y gozan de libertad absoluta para decidir arbitrariamente la ubicación de los demás alfareros".

Este año, una nueva persona preside la comisión por parte del ayuntamiento, pero los problemas persisten. Pascual lamenta que el Concejal Delegado de Promoción Económica y Protección Ciudadana, David Gago Ruiz, ni siquiera se haya molestado en llamarlo para discutir su escrito registrado en el Ayuntamiento, dejando la resolución del problema en manos de una comisión que ha demostrado no tratarlo con la misma consideración que a los demás alfareros de la provincia.

Un problema recurrente

El alfarero recuerda que este mismo problema ya había surgido años atrás cuando Víctor López De La Parte estaba encargado de Cultura. Tras varias reuniones, López De La Parte incluyó en las bases de participación una cláusula que otorgaba preferencia a los alfareros de Zamora para elegir sus puestos, solucionando así el conflicto. Sin embargo, esta cláusula fue eliminada durante la presidencia de María Eugenia, lo que ha provocado que los mismos problemas resurjan.

Pascual exige que esta cláusula se reincorpore a las bases de participación para poder competir en igualdad de condiciones con los demás alfareros de Zamora. Sin esta medida, se ve forzado a abandonar la feria, a pesar de que siempre pensó que dejaría de asistir solo cuando se jubilara.

La degradación de la feria

Francisco Pascual lamenta que la Feria de Alfarería de Zamora haya perdido su esencia original. Según él, la feria, que antes era un escaparate de la auténtica alfarería tradicional popular, ahora está dominada por puestos que venden productos industriales o hechos en serie. "Cuarenta y cinco años de profesión dan para diferenciar las piezas que están hechas a mano y las que no", afirma Pascual, cuestionando la dirección que ha tomado la feria y los valores que actualmente se promueven.

Apoyo y solidaridad

A pesar de la situación, Pascual se siente apoyado por algunos compañeros que reconocen la injusticia del trato que ha recibido y valoran su trabajo como una de las alfarerías más puras de la península. Este respaldo le da fuerza para alzar la voz y hacer pública su situación.

Francisco Pascual ha decidido acudir a la prensa para dar a conocer la discriminación que ha sufrido y explicar las razones de su ausencia en la feria. Quiere que sus clientes y aquellos que lo echaron de menos el año pasado sepan que su ausencia no se debe a problemas de salud, sino a la discriminación sistemática que ha enfrentado.

"Tenemos el lobo en el ganado", concluye Pascual, denunciando la falta de equidad y transparencia en la organización de la feria. Con esta carta, busca no solo exponer su caso, sino también incitar un cambio que devuelva a la Feria de Alfarería de Zamora su espíritu justo y auténtico.

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