Asi son las cuentas que no fallan, si se sigue en el ritmo de vacunación que registra ahora mismo la provincia, Zamora quedaría vacunada en 19 meses o lo que es lo mismo en febrero de 2023
El ritmo de vacunación es de 5.533,33 personas al mes un más que insuficiente tempo de administración de vacunas. Elidiendo diciembre y los pocos días en los que se vacunó y haciendo un cómputo general tomando como base la población de unos 170.000 habitantes en la provincia, esas son las cuentas. Desde este mes de abril a febrero de 2023 serían los cálculos aproximados que entendemos no serán acertados, ya que el ritmo de vacunación se estima que crecerá tras todos los problemas que han generado las diferentes marcas que realmente lo que han estado es jugando con los gobiernos, esos que han sido los financiadores de las investigaciones mundiales.
29 millones de vacunas escondidas en un almacén en Italia, problemas en Pfizer, en Astrazenenca, en Moderna, y esperemos que al menos Jonhson and Jonhson no tenga este tipo de retrasos ni de malos entendidos, que lleven a que al menos los 103.400 zamoranos que faltan para llegar a ese 70% pueda tener la vacuna cuanto antes.
Los protocolos de vacunación están siendo como la pandemia en general, un cúmulo de irregularidades en la previsión que parece hacerse a diario no con antelación para tener preparados los centros, si bien el momento se hace esperar los centros masivos de vacunación de momento cierran los fines de semana y festivos, un problema ante una pandemia que no sabe de fines de semana de fiestas o de mentiras y falacias políticas.
Sacar pecho tanto en el Gobierno Central como en la JCYL ha sido hasta ahora la tónica dominante, la escasez de vacunas una constante que no deja entrever más que un fallido estado de derecho que no tiene claro ni el protocolo ni la estrategia de vacunación. El haber aportado más de 300 millones de euros para vacunas poco tiene que ver con todo lo que nos cuesta la clase política del país que si lo comparamos con el casi 20% que nos cuesta la gestión de ese presupuesto en aportaciones a los partidos, 57 millones de euros, otro gallo cantaría y la población podría haber invertido en rapidez como han hecho otros gobiernos mundiales, que han previsto más dinero para salud y vacunas que para pagar a quien de momento lleva un suspenso grave en gestión.
