El público zamorano ha disfrutado esta tarde del Concierto de Primera 2023 de la Fundación Eme, en un año que coincide con el 50 aniversario de los fallecimientos de Pau Casals, Pablo Picasso y Pablo Neruda y el Centenario de la muerte del salmantino Tomás Bretón. Aparentemente, la vinculación entre unos y otro debiera ser inexistente… Sin embargo, la realidad histórica confirma que Bretón no sólo fue el profesor de Casals, sino que aquél dedicó a su pupilo sus “Canciones Españolas para Violonchelo”, que el intérprete catalán estrenó en los albores de su carrera.
Entonces, Bretón, incansable luchador por la Paz y el posicionamiento internacional de la Música Española, pasó; y le sucedió Casals, convirtiéndose el alumno en maestro y en paradigma internacional de la Música española y de la Paz, siendo condecorado por ello en las Naciones Unidas en 1970, ante cuya Asamblea General, el chelista dirigió el estreno, con coro y orquesta, de su “Himno por la Paz” o “Himno de las Naciones Unidas”: un canto a la fraternidad entre los hombres, que sitúa a la Música como único elemento de sinceridad entre las gentes y los pueblos de la Tierra.
Mientras, otros dos ‘Pablos’, Picasso y Neruda, maestro español y maestro del español respectivamente, hacían suya, cada uno con su talento y su arte, la misma ambición de su colega músico y del ‘padre’ académico del mismo… De esta forma, pintura y poesía sumaban esfuerzos con el violonchelo para alcanzar la meta de un mundo mejor, en programas, conferencias y conciertos internacionalmente seguidos y aplaudidos.
Hoy, Casals, Neruda y Picasso son considerados los mejores en su género, siendo conocidos, reconocidos y admirados en todo el mundo, por su obra y su labor. Tomás Bretón, por otro lado, autor de la Zarzuela más célebre e interpretada de todos los tiempos (“La verbena de la Paloma”), representa con su obra al género español por excelencia.
Este concierto une todo eso: el español y lo español, como símbolos de Paz, a través de un espectáculo que incluye ballet, poesía y música, y estrena varios obras tan infrecuentes como deliciosas (Sinfonía Nº 1 y Canciones Españolas para Cello de Bretón y el Himno de la ONU de Casals), ejecutadas por más de 120 intérpretes y bajo la dirección de Ernesto Monsalve, autor también de la idea.
