El sector del automóvil atraviesa una de las transformaciones más profundas de su historia. La transición hacia el coche eléctrico, los exigentes estándares medioambientales y la creciente competencia internacional están dejando sin margen de maniobra a muchas marcas. Según un análisis del equipo editorial de AutoŽiva, ya hay fabricantes que podrían no sobrevivir a esta década.
No se trata de una simple conjetura. Las cifras del mercado muestran una caída sostenida en las ventas, una rentabilidad en declive y unas inversiones en innovación que solo los grandes grupos pueden afrontar con cierta seguridad. En ese contexto, marcas que alguna vez gozaron de prestigio internacional, como Jaguar, se encuentran hoy en la cuerda floja. “Un cascarón vacío en manos de propietarios indios”, definen desde AutoŽiva, en alusión al control del grupo Tata sobre la histórica firma británica.
El problema, sin embargo, no es exclusivo de los fabricantes europeos. Las dificultades se extienden también a algunas firmas chinas del sector eléctrico, como Nio, Xpeng o Li Auto, que en su momento fueron vistas como las grandes amenazas del mercado occidental. En un entorno cada vez más dominado por gigantes como BYD, estas compañías luchan por mantener su cuota de mercado en medio de un escenario de costes crecientes y márgenes cada vez más estrechos.
Incluso marcas consolidadas como Volkswagen aparecen en el radar de las advertencias. A pesar de su peso en la industria, el grupo alemán ha reconocido problemas estructurales, con cierres de fábricas en discusión y modelos que no logran conectar con el público. Las huelgas de trabajadores y la pérdida de competitividad en ciertos segmentos están agravando una situación que, según los analistas, podría tornarse crítica si no hay una adaptación urgente.
La conclusión es clara: la historia de fabricantes desaparecidos como Saab, Rover o Hummer podría repetirse antes de lo que se espera. El mercado ya no perdona los errores estratégicos y, aunque muchas de estas marcas sigan en los concesionarios, su permanencia a medio plazo no está garantizada.