La protección solar es esencial para mantener la salud de la piel y prevenir daños a largo plazo. Para protegerse adecuadamente del sol, se recomienda utilizar bloqueador solar con un factor de protección adecuado, aplicándolo generosamente en todas las áreas expuestas de la piel, incluyendo zonas como las orejas, el cuello y el dorso de las manos.
Es importante reaplicar el bloqueador cada dos horas, o después de nadar, sudar o secarse con una toalla.
Además del uso de bloqueador solar, es aconsejable adoptar otras medidas de protección. Vestir ropa de colores claros y de tejidos que cubran la mayor parte de la piel ayuda a reducir la exposición directa al sol. Los sombreros anchos y las gorras proporcionan sombra adicional para la cara y el cuello. Las gafas de sol que bloqueen los rayos ultravioleta también protegen los ojos y la piel alrededor de ellos.
Para minimizar el riesgo de daños solares, se sugiere evitar la exposición al sol durante las horas más intensas, que son generalmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Si se realiza actividad al aire libre durante este tiempo, es importante tomar descansos en áreas sombreadas.
Estas recomendaciones ayudan a reducir el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y otros problemas asociados con la exposición solar excesiva.