sábado. 20.04.2024
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El Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León-CONCYL ha recordado hoy una serie de pautas necesarias para proteger los medicamentos del calor y garantizar su eficacia y conservación.

Durante el periodo estival, con temperaturas muy altas y ante las olas de calor reinantes, los farmacéuticos de Castilla y León recuerdan que “los medicamentos no se pueden guardar en cualquier sitio”. De ahí la importancia de seguir una serie de recomendaciones para guardarlos y conservarlos bien y garantizar así su eficacia, seguridad y calidad.

En primer lugar, para aquellos medicamentos que no necesitan frío:

Guardar a temperatura ambiente, en un lugar seco y fresco, nunca en la nevera.

Buscar sitios protegidos de la luz, del calor solar o de otras fuentes de calor directo.

Guardar el medicamento en su envase original, donde tiene su fecha de caducidad y conservar el prospecto para conocer las condiciones de conservación.

Evitar su almacenamiento en el baño o la cocina, por los cambios bruscos de temperatura y la humedad que suele darse en estos lugares.

Mantenerlos fuera del alcance de los niños.

Importante, nunca dejar los medicamentos en la guantera o maleteros de coches a pleno sol.

Para medicamentos que requieren bajas temperaturas:

Hay que fijarse si llevan en el envase el símbolo de frío. Si es así, es muy importante no romper la cadena del frío.

Vacunas, insulinas y algunos colirios se deben conservar en frigorífico a una temperatura de entre 2 y 8 grados. No guardarlos en el congelador. Debemos evitar que estos medicamentos se congelen. Es de especial importancia con las insulinas, para evitar el dolor al inyectarlas.

Si tenemos que viajar en verano, hay que asegurar las condiciones de temperatura adecuadas del medicamento usando neveras portátiles.

Para medicamentos con condiciones especiales de conservación una vez abiertos:

Son fármacos que tienen un periodo limitado de tiempo para su consumo y deben almacenarse en nevera una vez que se elabora el preparado.

Se recomienda apuntar la fecha de apertura en la propia caja.

Comprobar y revisar la fecha de caducidad del medicamento con atención, ya que los fármacos que se guardan en nevera suelen tener una duración corta.

Por último, como norma básica: si hay dudas de una correcta conservación, ante la posible aparición de posos o cambios de color, lo recomendable es desechar ese envase en el punto SIGRE, abrir uno nuevo y consultar siempre con el farmacéutico.

¿Quieres proteger tus fármacos del calor? El CONCYL te explica cómo hacerlo