La idea de que entrenar más equivale a mejores resultados no siempre se cumple, y el levantamiento de pesas es un claro ejemplo. Aunque este tipo de ejercicio aporta numerosos beneficios —desde el aumento de masa muscular hasta la mejora de la salud ósea y la prevención de enfermedades crónicas—, hacerlo a diario no siempre es la mejor opción. La clave está en el objetivo y la intensidad del entrenamiento.
Si se trata de mantener el tono muscular con rutinas suaves y cargas ligeras, podría ser viable ejercitarse todos los días. Sin embargo, si se busca ganar fuerza o volumen, lo recomendable es dejar entre 48 y 72 horas de descanso entre sesiones para permitir la recuperación muscular. El sobreentrenamiento, las lesiones y el estancamiento del progreso son riesgos comunes cuando no se respeta el descanso.
En definitiva, hacer pesas es saludable y muy recomendable, pero más allá de la frecuencia, lo importante es encontrar un equilibrio entre el esfuerzo, la recuperación y los objetivos personales.