Los vegetales son cruciales en la alimentación infantil debido a los minerales, vitaminas y antioxidantes que proporcionan, fundamentales para el desarrollo adecuado de los niños. La incorporación de una variedad de verduras en su dieta es esencial para mejorar su calidad nutricional, según un estudio publicado en Preventive Medicine Reports.
Sin embargo, los niños a menudo muestran resistencia a consumir estos alimentos, lo que puede ser un desafío para los padres. Afortunadamente, existen métodos para incluir verduras en las comidas de forma que sean menos perceptibles para los más jóvenes.
Una forma de hacer que los niños consuman verduras sin darse cuenta es integrarlas en otros alimentos. Los batidos de frutas, por ejemplo, pueden incluir zanahorias o espinacas sin alterar el sabor, ya que frutas como el plátano y el yogur pueden enmascarar el gusto de los vegetales.
Las legumbres también pueden ser una opción: al cocinarlas, se pueden agregar cebolla, ajo, zanahorias y otros vegetales. Triturar estas hortalizas y mezclarlas con las legumbres permite que los vegetales se incorporen de manera más discreta.
Algunas verduras tienen sabores más intensos que pueden ser menos aceptables para los niños. Se recomienda optar por opciones más dulces como la zanahoria, la calabaza o el calabacín.
La presentación también juega un papel importante. Crear platos visualmente atractivos, como ensaladas en forma de caras o composiciones coloridas, puede hacer que los niños se sientan más interesados en probar los vegetales. También se pueden mezclar verduras que les gustan con otras que no disfrutan tanto para que se acostumbren gradualmente a nuevos sabores.