jueves. 28.03.2024
IES UNIVERSIDAD LABORAL
IES UNIVERSIDAD LABORAL

Durante este curso, un grupo de profesores, muchas ganas de trabajar, una ilusión por transmitir y unos alumnos entregados, han hecho posible que un proyecto tome forma y empiece a crecer. Desde noviembre de este pasado curso, a pesar de la pandemia y las dificultades que todo ello conllevaba, comenzó el Proyecto de Responsabilidad Ambiental llamado “No hay planeta B”.

Se instalaron puntos de reciclaje en todo el instituto en los cuales cualquier miembro de la comunidad educativa puede reciclar: papel y cartón, plásticos, tapones, tóner e incluso restos orgánicos. Se organizaron patrullas ecológicas que, de manera periódica, vacían los contendores realizando un pesaje de los kilogramos reciclados en cada contenedor. Los restos orgánicos tenían su destino también, ir a parar a la compostadora que se instaló en el patio interior de nuestro instituto. Un patio que por sí solo rebosa belleza y variedad botánica pero que este año se ha visto enriquecido con un huerto urbano en el que las lechugas, guisantes, fresas, cebollas, ajos o tomates han ido floreciendo.

Nuestro huerto está compuesto por cuatro bancales, elaborados por alumnos de Formación Profesional, y cuatro jardineras, donde las plantas aromáticas y otras flores constituyen toda una variedad de productos ecológicos. Una representación de las capas del suelo preside esta zona del patio, visitada por todos en algún momento de la semana. Hubo que organizar patrullas de riego, que, con paciencia y mimo, fueron cuidando de nuestro maravilloso huerto y de los ocho manzanos que plantamos en nuestras instalaciones. Llegó la época de la recogida, y también nuestras patrullas se encargaron de tal fin, pudiendo disfrutar todos de los productos de nuestro huerto urbano.

Pero la cosa no quedó ahí. Tutorías o charlas por videoconferencia amenizaron los trimestres. Hubo conferencias sobre: La energía undimotriz, El hiperconsumo o El cambio climático y La movilidad. También nuestros pasillos acogieron, durante semanas, una exposición de Contra publicidad, y de esta manera se hizo visible para los alumnos el modo en el que la publicidad genera esa necesidad de consumo compulsivo que, hoy en día, marca el curso de nuestra sociedad. Como no podía ser de otra manera, el reciclaje se instaló en nuestras vidas, no solo con los contenedores específicos para tal fin, sino implantando, a base de carteles de concienciación repartidos por el instituto, la idea de reutilización de los productos del día a día. De esa manera, toda la comunidad educativa ayudó a la recopilación de envases de yogur, botellas de plástico y garrafas, que tuvieron un nuevo uso. Los envases de yogur sirvieron para nuestros semilleros, las garrafas se convirtieron en invernaderos o regaderas ecológicas y con las botellas se crearon dos jardines botánicos verticales. Uno de los jardines se encuentra en el patio interior, formado por crasuláceas en su mayoría, realizado sobre unos soportes elaborados a medida de nuestras botellas, por alumnos de Formación Profesional.

El otro jardín vertical se puede observar desde la calle, sobre la valla de nuestro recinto, para disfrute de todas las personas que paseen por la zona. Reducir el consumo era otra de las principales metas de este curso, no solo bastaba con la concienciación en el alumnado de apagar luces en clase, sino que había que acercarles a la base de todo esto: el consumo real de un centro tan grande como el nuestro. Por ello, se analizaron facturas de los últimos tres años, de gas, agua y luz. Incluso se diseñaron una serie de paneles informativos sobre el sistema de producción de calor del centro, analizando sus pros y contras.

De siempre es sabido, que en los peores momentos surgen las mejores ideas. Eso fue lo que pasó con nuestros compañeros de Educación Física, que para poder adaptar sus actividades al protocolo covid-19, decidieron introducir, como no podía ser de otra manera, el reciclaje como solución a los problemas de material. Así cada alumno elaboró su propio material deportivo, como palas, a base de cartón y goma, o pelotas, reutilizando fragmentos de botellas y cinta aislante. Alumnos y profesores de ESO, Bachillerato o Ciclos compartieron un mismo fin, echar a andar un proyecto que tenía que llegar muy lejos.

No podíamos acabar el curso sin nada mejor que un concurso de reciclaje, en el que el único requisito era reutilizar materiales cotidianos. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos algunos de los proyectos entregados, los cuales eran verdaderas obras de arte. Tres premios para tres categorías diferentes, que se llevaron nuestros participantes. El curso termina y con él hay que hacer balance de los resultados, entre ellos los kilogramos reciclados gracias a la colaboración de toda la comunidad educativa. En total se han reciclado más de 90 kilogramos de papel, 53 de plástico, 23 de tapones y 52 de cartuchos de Tóner. Un gran trabajo que sin la ayuda de nuestras patrullas de reciclaje no se habría podido llevar a cabo. Podría parecer que con el trabajo de este año ya hemos cumplido, pero no. Todo esto ha sido el comienzo de una idea de pocos que llegó a muchos. Todavía nos quedan ideas y proyectos que quedarán pendientes para el próximo año. Lo que sí podemos ratificar desde el centro es que responsabilidad ambiental, desarrollo sostenible, reciclaje… son palabras que tienen un significado especial para nosotros, porque en esencia todas ellas son IES UNIVERSIDAD LABORAL. La semilla más pequeña, si tiene los cuidados adecuados, puede dar el mayor de los frutos. Orgullosa de mi centro, del claustro y de esos alumnos que lo han dado todo por luchar en este proyecto. Pasear por los pasillos o el patio de nuestro instituto es empaparte de responsabilidad ambiental. Y para quién se pregunte si con el final de este curso finaliza este proyecto, la respuesta es un rotundo NO, esto es solo el principio, porque “NO HAY PLANETA B” continuará… 

En el IES Universidad Laboral si hay Plan B para un mundo con ecología y reciclaje como...