El Cristo de la Expiración volvió a recorrer las calles de Toro entre el más absoluto silencio, como muestra del respeto y la devoción que los fieles sienten por esta imagen, una de las más veneradas de la localidad.
Como cada noche de Miércoles Santo, la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad organizó su tradicional Vía Crucis Procesional, uno de los recorridos más bellos y esperados por los toresanos, así como por muchos visitantes que se acercan hasta la ciudad para ser testigos del cariño que esta magnífica imagen genera.
Numerosos toresanos, a los que se unieron también muchos visitantes, recorrieron junto al Crucificado este Vía Crucis por diversas calles de la ciudad. A las 22:30 horas el Santo salió de la Iglesia del Santo Sepulcro para desfilar por la Plaza Mayor, calle Perezal, Judería, Puerta de Abadía, Magdalena, puerto de la Magdalena, calle Pajarinas, de la Merced, cuesta de las Berceras y la plaza de la Colegiata, donde sonó el himno del Cristo de la Expiración Estación 12.
El absoluto silencio continuó por el paseo del Espolón para finalizar en la Colegiata, donde se procedió al rezo y canto de las “Cinco Llagas”, finalizado con la adoración de Jesús Yacente. Los hermanos de la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad procesionan con túnica negra, capuchón blanco y la Cruz de Malta en el capillo. La talla del Cristo de la Expiración, según señala el historiador José Navarro Talegón en su "Catálogo monumental de Toro y su Alfoz", se puede fechar hacia el año 1615, su autoría puede atribuirse a Esteban de Rueda y Sebastián Ducete, y "debe situarse al lado de los grandes crucifijos procesionales del barroco español".
Galería de imágenes por Rocío Gato