Los avisos por viento continúan dejando nuevas actuaciones en una Zamora que permanece con la mirada puesta en el cielo y en cualquiera de los objetos que puedan suponer un peligro para vehículos y viandantes ante la amenaza de las fuertes rachas que han provocado desprendimientos y numerosos árboles arrancados, algunos con más de 23 metros de altura.
Las cofradías han vuelto a sucumbir y la jura del Silencio se ha traducido en lágrimas de impotencia, pero las iglesias y tempos religiosos tampoco se han librado de las malas noticias a consecuencia del desfavorable tiempo. Y es que los bomberos de Zamora han tenido que intervenir en la iglesia de San Ildefonso a consecuencia de unos desprendimientos que han obligado a cortar el paso para salvaguardar la seguridad de los peatones.
Una imagen la de este Miércoles Santo en el que las sirenas de los Bomberos y las luces de la Policía se han impuesto a un silencio que cada año sobrecoge a una ciudad entera y que deberá esperar otro año para ver a su Santísimo Cristo de las Injurias procesionar por las calles de una ciudad que enmudece a su paso.