Este lunes, un interno del Centro Penitenciario de Topas agredió a tres trabajadores del centro luego de que se le notificara el cumplimiento de una sanción disciplinaria. El ataque causó lesiones a dos de los empleados: uno sufrió la fractura de un dedo y otro un esguince de muñeca. El agresor, conocido por su comportamiento conflictivo, había protagonizado incidentes similares en otras ocasiones, tanto en Topas como en otros centros penitenciarios del país.
El sindicato CCOO ha expresado su preocupación por la creciente inseguridad dentro de los centros penitenciarios, señalando que el personal está "indefenso" ante las agresiones. Según el sindicato, las medidas adoptadas por Instituciones Penitenciarias no son suficientes para prevenir estos hechos ni proteger a los trabajadores del sector. En este sentido, critican la falta de acciones eficaces para abordar la violencia en el ámbito penitenciario.
Desde CCOO también han cuestionado el protocolo PEAFA, implementado para gestionar las agresiones, al considerarlo insuficiente. Según el sindicato, este protocolo no ofrece protección al personal ni aborda de manera preventiva los riesgos, además de recortar derechos que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales otorga a los trabajadores. En su opinión, las soluciones adoptadas hasta la fecha han sido inadecuadas y no han resuelto el problema.
Las estadísticas oficiales más recientes indican que en 2023 se registraron 508 agresiones en el ámbito penitenciario a nivel nacional, 9 de ellas en el Centro Penitenciario de Topas. Sin embargo, el sindicato señala que estos datos no reflejan las agresiones verbales, cuyo número sería considerablemente más alto. CCOO asegura que, a pesar del aumento de los ataques, el servicio de prevención no ha tomado medidas efectivas para investigar las causas ni evitar futuras.
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