Castromil vive una noche de miedo: el fuego acecha a la Alta Sanabria
Castromil, en plena Alta Sanabria, ha pasado una noche marcada por la inquietud y la tensión. Desde las cuatro de la tarde de ayer, el pequeño pueblo se quedó sin luz, lo que aumentó la sensación de aislamiento de sus 170 vecinos —apenas 70 en invierno—. Aunque el suministro eléctrico ya se ha restablecido, la preocupación sigue latente.
Las brigadas nocturnas han trabajado sin descanso en un terreno tan escarpado como peligroso, donde cada metro ganado al fuego supone un esfuerzo titánico. La llegada del día permite ver desde el aire la magnitud del desafío: laderas abruptas y llamas avanzando con rapidez, complicando cada maniobra de extinción.
Esta mañana, la llegada de dos helicópteros y dos hidroaviones aporta una esperanza a los vecinos, que ven cómo la ladera frente a sus casas ya muestra fuego visible. Algunos han optado por marcharse, aunque la evacuación general aún no ha sido decretada. Pese a todo, la comunidad se mantiene organizada y con experiencia propia en combatir el fuego, aunque sin dejar de reconocer que los medios externos son ahora imprescindibles.

Lo más llamativo es que, según testimonios locales, anoche la Junta de Castilla y León aún no había confirmado que el fuego estuviera dentro de la provincia, mientras los equipos de extinción ya trabajaban sobre el terreno. Hoy, el riesgo está en manos del viento: un cambio repentino podría convertir la jornada en una nueva carrera contra las llamas.
La alerta comenzó a primera hora de la tarde, cuando sobre las 16:00 horas se produjo un corte de luz en el municipio. Una hora y media después, el teniente coronel de la Guardia Civil de Zamora, Héctor Pulido, se desplazó hasta la localidad para coordinar el operativo y dar instrucciones ante una posible evacuación preventiva por el humo.
Desde Castromil se veía con claridad la columna de humo, aunque en ese momento no había llamas visibles. Sobre las 20:00 horas, el viento cambió y el humo comenzó a penetrar en el casco urbano, lo que activó el dispositivo de evacuación. Un autobús con capacidad para unas 20 personas se colocó a disposición de los vecinos, pensado principalmente para las personas mayores que viven solas y no tienen medios propios de transporte, mientras que el resto de habitantes cuenta con vehículos para una salida rápida si fuera necesaria.
La Guardia Civil permaneció en la localidad hasta las 22:15 horas, garantizando la seguridad de la población y vigilando la evolución del incendio. Finalmente, y gracias a que el avance de las llamas fue más lento de lo esperado, el riesgo de evacuación descendió y el autobús fue retirado a las 22:00 horas.
Sin embargo, la calma fue relativa. Hacia las 21:00 horas, los vecinos pudieron ver ya el fuego en lo alto de la montaña que rodea la localidad. Aunque por el momento la situación está más controlada, la alerta se mantiene y las patrullas de la Guardia Civil seguirán pasando durante toda la noche para garantizar que, en caso de reactivarse el peligro, la evacuación pueda hacerse con rapidez y seguridad.
