La alarma saltó a primera hora de la noche cerca de la 1 de la madrugada cuando un pequeño incendio en el barrio de San José Obrero despertaba a más de un vecino que ya dormía y ante el sonido de las sirenas de los bomberos y sus luces estroboscópicas de alarma ponían al barrio en pie.
Un pequeño conato de incendio junto al campo de fútbol en la Plaza de Villardeciervos tenía que ser sofocado por una dotación de bomberos ante la posibilidad de que el fuego se extendiera hacia el campo y también hacia los vehículos que aparcan en la zona pudiendo llegar hasta el Colegio Riomanzanas.
Todo quedó en un susto y en una rápida actuación que evitó males mayores.