Zamora entera se sume en el silencio. Comprometido con su jura, los cerca de 2.350 cofrades que componen la Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias han vuelto a conquistar la plaza de la Catedral con la mirada puesta en la imponente talla de su Cristo anónimo y prácticamente escondido hasta hace poco más de un siglo.
El que se ha convertido en una de las imágenes más queridas de nuestra Pasión, origen de leyendas, emociones y devoción sin límites, ha vuelto a presenciar la imagen de sus hermanos arrodillados ante su sufrimiento.
El rojo de los caperuces ha tomado una plaza a rebosar en la que era prácticamente imposible lograr un espacio para contemplar uno de los actos de mayor compromiso y penitencia como es el de guardar silencio durante la totalidad del recorrido de una procesión que estará este año marcada por el cambio de recorrido final para adaptarse a la ausencia del recinto museístico.

Desde los caballos apostados en el antiguo laboratorio municipal hasta el final de los jardines, el Castillo tampoco se libraba de los preparativos de los miles de hermanos que esperaban pacientes con las mujeres tomando de nuevo el protagonismo con una nueva hornada que ha seguido a las primeras 90 que desfilaron por primera vez con la cofradía el pasado 2022.
Con sus hachones cortos descansando sobre la cintura y unas velas encendidas para alumbrar la agonía de Cristo en la cruz, el rojo se extendía como un manto por las calles de Zamora tras el acto de jura protagonizado por el obispo de la ciudad, Fernando Valera, y la plegaria pronunciada por la periodista Eva Crespo. Sonidos de clarines y de tambores como único acompañamiento para romper un silencio que va más allá del mero compromiso verbal.

Un recorrido que arrancó desde la Catedral para poner rumbo a la plaza Antonio del Águila en dirección a la rúa de los Notarios, Viriato y Plaza Mayor para continuar hacia Santa Clara y dar la vuelta en Alfonso IX ya por San Torcuato y volver a pasar por la Plaza Mayor a través de Ayuntamiento viejo hacia calle Ramos Carrión para concluir en la plaza de Claudio Moyano.
Zamora es presa del recogimiento más solemne en un gesto de que se prolongará hasta la madrugada ya con el Cristo de las Injurias descansando en la carpa de la Junta Pro Semana Santa. Será ya el Cristo del Amparo el que tome el testigo sobre la mesa que simula El Gólgota y la calavera y los cardos como únicos adornos de una procesión, la más reducida en número y envuelta bajo el único sonido de la carraca pidiendo silencio y el bombardino como único acompañamiento musical.
ACCESO A LA GALERÍA FOTOGRÁFICA de Marcos Vicente
ACCESO A LA GALERÍA FOTOGRÁFICA de Aroa CF
