jueves. 25.04.2024
Nicanor Fernández durante la Semana Santa de 2016
Nicanor Fernández durante la Semana Santa de 2016

El hombre de Capitonis, el de las campanas, el barandales, ha pasado a la otra vida dejando un poso de los que no se olvidan por bondad y cariño. 

Hombre de iglesia, de teatro, de Gigantes y Cabezudos, de protección Civil en Toro, de lucha encarnizada contra el maldito cáncer... De tantos y tantos carteles pegados de tanta ayuda a los demás que no tendrá precio su nombre en el lugar donde se halle. 

Nicanor sonreirá como de costumbre al ver a niños y mayores en el otro mundo, eso está más claro que la misma idea de no verlo más que nos entristece solo pensarlo. ¿ Que tal va todo Nica? seguro que aún en su dolor, el de haber dejado "solos" a los de casa, dirá que bien...siempre igual.

Su familia llorará su muerte, pero han de tener claro que en vida se le quiso como a pocos, y se le recordará de igual manera,  porque su bondad ha sido su máxima y su bandera. Una de las muchas que llevó en la vida esa que se le ha truncado a los cincuenta y tantos...con demasiado aún por hacer.

No supimos de un NO en su boca, ni de una mala cara, sufridor en silencio de males y dolores, se ha ido pronto, demasiado, como todas las personas que emanan de sus almas esa solidaridad y ese cariño del que nos deja huérfanos.

El barandales, el padre, el amigo, el compañero, Nicanor. Tócalas allí donde todos sabemos que sonarán por los siglos de los siglos...y en parte serán en tu nombre y en tu honor.

Toca Nica, tócalas allí arriba que se oigan en Zamora