La Cofradía de Jesús Nazareno desafía a la lluvia y recorta su regreso en una emotiva madrugada zamorana

La procesión inició puntual la procesión del Viernes Santo y modificó su itinerario de vuelta para evitar los chubascos, sin renunciar a los momentos más simbólicos del recorrido
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Zamora volvió a estremecerse esta madrugada al paso del Jesús Nazareno. Ni la amenaza de lluvia ni el sueño pudieron con la cita más emblemática del Viernes Santo: a las cinco en punto, cuando la ciudad apenas comenzaba a desperezarse, la Cofradía de Jesús Nazareno, vulgo Congregación, inició su caminar solemne desde la Plaza Mayor.

Las primeras luces del día apenas insinuaban su llegada cuando los primeros toques de Merlú comenzaron a sonar, abriéndose paso entre el silencio y la emoción de miles de zamoranos y visitantes. El desfile avanzó con su habitual sobriedad por Renova, Sagasta y San Torcuato, hasta alcanzar la plaza de Alemania y, más adelante, la avenida de las Tres Cruces, epicentro del recogimiento donde cada paso rinde homenaje a la Virgen de la Soledad.

Allí, como dicta la costumbre, se vivió uno de los momentos más sobrecogedores de la jornada: la reverencia de los pasos a la Madre de Zamora la Virgen de la Soledad. El encuentro, cargado de simbolismo, volvió a dejar imágenes que permanecerán en la retina de quienes, año tras año, acuden fieles a su cita con la devoción.

Sin embargo, la previsión de chubascos matinales obligó a la cofradía a tomar una decisión prudente: recortar el recorrido de regreso. En lugar de continuar por Santa Clara, los hermanos del Nazareno emprendieron el camino de vuelta por el mismo itinerario de la ida, devolviendo así la procesión a la Plaza Mayor sin rodeos, en un intento de anticiparse a las posibles lluvias sin renunciar al espíritu de la mañana más larga.

A lo largo del recorrido, el público acompañó con respeto y emoción. No faltaron los silencios largos, los rezos apenas susurrados y las miradas elevadas hacia los pasos, que parecían caminar al ritmo exacto del corazón de Zamora. Aunque tampoco faltó la polémica con unos cientos de cofrades que fueron abandonados a su suerte tras la Virgen de la Soledad, ellos pusieron la música y la 

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