Con el acompañamiento del Mozo de San Frontis aunque no les guste a muchos el apelativo, la figura venerada del Nazareno hace que las calles de Zamora se transformen en un escenario de devoción y tradición. En este día, la ciudad comienza a palpitar con la esencia única de la Semana de Pasión.
El Despertar de la Ciudad
El Jueves de Traslado da inicio al despertar de la ciudad. Desde tempranas horas de la mañana, los zamoranos ya toman conciencia y se nota un especial ajetreo en las calles, anticipando el momento en que la procesión se pondrá en marcha. Los preparativos y la expectación crean una atmósfera cargada de emoción, marcando el comienzo de una semana que resonará con fervor religioso.
El Mozo de San Frontis y su significado: El Mozo de San Frontis, una figura emblemática el Nazareno, simboliza la conexión entre la tradición y la juventud. Su papel va más allá de un simple acompañante; representa la continuación de una herencia centenaria, llevando consigo el respeto por las raíces y la devoción transmitida de generación en generación, los de San Frontis llevan con orgullo la figura de un Jesús que en 10 días será el protagonista de la alegría de Jesús Resucitado.
El Nazareno: En el centro de la atención está el Nazareno, una figura que encarna la solemnidad y el peso simbólico de la Semana Santa. Su imagen, tallada con maestría, evoca una mezcla de dolor y esperanza. A medida que avanza la procesión, el Nazareno se convierte en el faro espiritual que guía a la comunidad zamorana en esta travesía de fe que desde San Frontis cruza el Duero hacia la Catedral.
La Ciudad Respira Semana Santa: Con el paso solemne del Jueves de Traslado, Zamora comienza a respirar Semana Santa. Las calles adoquinadas son testigos del desfile que marca el inicio de una serie de celebraciones religiosas y culturales. La ciudad se viste con el manto de la tradición, y los sonidos de campanas y tambores anuncian la llegada de días significativos.
Emoción y Devoción: La procesión del Jueves de Traslado despierta emociones profundas entre los habitantes de Zamora es la procesión más cercana en la que las personas que viven en la ciudad acompañan al "Mozo" si, son los zamoranos los que lo hacen ya que aún no han llegado los visitantes y los familiares a los que ese les espera no por Navidad sino por Semana Santa. La devoción se refleja en cada mirada, en cada gesto de respeto. Los zamoranos, unidos en su fe, encuentran en este momento el punto de partida de una experiencia espiritual que los acompañará a lo largo de la Semana Santa.
El Jueves de Traslado en Zamora marca el comienzo de una semana llena de significado y devoción. Con el Mozo de San Frontis, el Nazareno como guía, la ciudad inicia su viaje anual hacia la reflexión, la tradición y la celebración de la fe. Cada paso de la procesión resuena en el corazón de los zamoranos, recordándoles la profunda conexión entre su pasado y su presente en esta celebración única.
