Después de la suspensión de las procesiones de la Virgen de la Esperanza y la Vera Cruz, la noche de Jueves Santo en Zamora se vistió de solemnidad con la salida del venerado Jesús Yacente.
Esta icónica imagen, símbolo de devoción y tradición, salió de la iglesia de San Cipriano para recorrer las calles de la ciudad, marcando así el inicio de una noche que no pasará desapercibida en la memoria de los zamoranos.
A pesar de la ocultación de la luna por las nubes, y de la lluvia que hizo acto de presencia en alguno de sus tramos, Jesús Yacente iluminó las calles de Zamora con su presencia serena y majestuosa. La Penitente Hermandad de Jesús Yacente, compuesta por más de mil hermanos, emprendió su recorrido desde un nuevo templo este año, partiendo de San Cipriano a las 23 horas.
El itinerario, meticulosamente planificado, llevó a la procesión por las principales calles y plazas de la ciudad, permitiendo que los fieles se unieran en veneración y oración. Desde la cuesta de San Cipriano hasta la Plaza de Viriato, donde se celebró un año más el cantico del rezo del Miserere, la procesión atrajo a una multitud devota que acompañó al Yacente en su paso por las históricas calles zamoranas aunque la noche era intempestiva.
Ante las previsiones climáticas adversas, los organizadores tomaron medidas para proteger la integridad de la imagen de Jesús Yacente. Como ya ocurriera en años con problemas de meteorología adversa la urna de metacrilato fue dispuesta para resguardar al sagrado ícono de la lluvia, asegurando que la procesión pudiera llevarse a cabo sin contratiempos. Esta cuidadosa precaución garantizó que los fieles pudieran continuar su tradición de venerar al Yacente en medio de las adversidades meteorológicas.
Además, este año la presencia especial del sacerdote representante de la iglesia ucraniana, D. Ihor Kmetyk del Sacra Metrópolis Ortodoxa de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico, agregó un significado adicional a la procesión de Jueves Santo. Su participación resaltó la universalidad de la fe y la importancia de la unidad religiosa en tiempos de celebración y devoción.
En medio de la incertidumbre y los desafíos, la procesión del Yacente en Zamora demostró una vez más la fuerza y la vitalidad de la tradición religiosa, inspirando a los fieles a continuar su camino de fe con esperanza y devoción.
ACCESO A LA GALERÍA FOTOGRÁFICA DE MARCOS VICENTE Y AROA COLMENERO
